Asidero flojo
«Aquella dicha, hoy tormento.»
Mi Dedicatoria
Cantinela del exceso de la tuerca
otra presciencia en la bruma del magín
por donde asoma
el erizo del olor a sobras.
Tensamente este cansancio laminar
refresca a la turbia astenia y a sus alfileres
a los cambiantes cúmulos y a sus centellas
y a la mórbida y voluble santidad.
Miope me había vuelto
tras el insistente rastro de los amorosos vicios
deslumbramientos ayer y hoy heridas
pues lo que en aquel cactus fueron hojas
en este árbol son espinas.
Dolorosos cuecen vivos mis caprichos
y me toca preparar el equipaje.
Más doloroso es prepararse a reingresar
al hueco libre de la dispar y sucia red
que invade bello el antro teñido de luces.