De vuelos y zambullidas
Pájaro azul, el deseado,
residente en los confines rectos de la selva,
ala sobre ala impávido ahí, con tus apremios,
ese obligarnos a rendirte pleitesía,
a perseguirte, tras el telón de tus bosques del aire.
Te escondes lejos / te escurres fácil
pides volar a tu cielo / si cabeza arriba
exiges hurgar la tierra / si cabeza abajo
reclamas hondura en el mar / si pulmón de acero.
Nos conminas a planear en rutas hiperbólicas
alrededor de tus focos como imanes intocables:
ventilad los huecos, descuartizad los espejos
y cercenad lo gordiano de vuestros nudos.
Oh, cometa alado, de vocación lejanía,
de circulación velocísima y perenne,
de carne la enzima de la nostalgia,
de impudor el rigor del mestizaje.
Oh, velo amalgama, la limpieza son tus nieves
la mentira son las llamas de tu invierno.
Mas cuando uno logra, al fin, rozar tu estela
se convierte en niño dueño, de nieve y fuego,
pigmeo y, tan cercano, gigante.
Eres nuestra insatisfacción nutriente,
nunca atizas la pira de los celos, nunca esa brisa
y, si acaso, presides mas jamás mientes.
Oh mito, rey de la república animal.
Pájaro, zambullida azul, pluma roja inaccesible.