Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

El Río

«Mecidos por las olas en la orilla
innumerables harapos de progreso,
inconscientes como coronas de espinas.»

Yo Mismo

I

Metáfora es tu grito de existencia
de grito es el origen y de sueño el discurrir
confuso el flujo que remansa o atropella
y no ceja hasta penetrar en el eclipse /
de hipnosis que fascina como el fuego
de misterio como la imaginación
ajeno pasas señor de los misterios /
quién sabe de dónde la fatal aporía
si de la flema del ocio o de su exceso
si del flujo de la duda o su vigor
si de las playas o del oscurísimo calado
si de la inocencia del agua o la del poso.

II

Navegas sobre la tierra como las serpientes
como sangre contumaz sin marcha atrás
como azada violación que regenera
evolución o metamorfosis de ti mismo /
meandros a veces puerta a veces muro
cauce seco y polvo de agua olvidado
o corriente prodigalidad o despilfarro /
hijo de fuente y monte de los que huyes
entregas tu solidez a la llamada de la sal
crucificado por harapos empedernidos /
caminante que en tu andar abres caminos
velero sin velas vas con tus estelas al fin.

III

Intenso sino de penumbras y horizonte
itinerancia de humedad intransigente
obsesión de albedrío ante los diques /
sigilo impasible de resistencia al mito
culto interminable a tu limpio apogeo
sacra religión de sabios y atea de profetas /
desconciertas como el óxido a la cuchilla
abrumas como el sosiego al precipicio
desconciertas como el filo a la torpeza
abrumas como la cordura al torbellino
desconciertas como la humildad al plomo
abrumas como la opulencia a la verdad.

IV

Agua de la cinética incansable
continente de la sabiduría y del ritmo
forma desbordante de arte insomne /
atenta vida al amor de la cuenca
atento asombro ante simetrías insensatas
atento pozo de vergüenza y sombras /
arteria de llegada al vientre del mundo
savia sorbida hasta el límite del exterminio
corazón ceñido por ilustradas orillas
vena ensuciada por siglos despiadados
sangre atropellada por nudos bendecidos
púrpura corrompida por la propia náusea.

V

Peregrino inagotable ariete líquido
espuma que adormece a las cicatrices
pureza enclaustrada en el progreso
manguera contra los incendiarios /
vida que insiste en refrescarnos
de detritus de cocodrilos sin lágrimas
de lodo de hipopótamos sin contrición
de cuna de insectos con dientes asesinos /
salud que llenamos de tumores
y no duda en regalarnos sus latidos /
autopista de agua torturada
energía potencial en suicidio estable.

VI

Inmutable entrega o firme proa
boda eterna de inocencia con empeño
mediación entre ímpetu y aguanieve
conciliación entre desierto y selva
beligerancia contra las fronteras
jardinería natural contra las víboras /
fundamento de ficciones y de versos
ecologismo móvil e impertérrito
ecologismo por pampas y cañones
ecologismo como el viejo indígena
ecologismo contra la indiferencia
jardinería ecologista inacabable.

VII

Combatiente contra las banderas
impávido rebelde ante la historia
machacado por las guerras imborrables /
maestro y señor de la humedad
inundas de rocío a las madrugadas
y de savia al océano pacífico o atroz /
ante los horizontes de amenaza gris
alborotas a la debilidad del gallinero
y a los pájaros y a los árboles
y calmas la sed de las aves y las selvas /
alivias al fin la postración de las fuentes
regalándole lo que te llueve del cielo.

VIII

Antaño viajabas despeinado a la ciudad
eras suave caricia del ritmo y el sentido
que renovabas endémico renovándote /
hoy eres reclinatorio y gimiente lecho
que presuroso y crespo tumbo a tumbo
desliza ácido bajo una lluvia sin amor /
materia líquida convertida al nomadismo
ya tus crestas son fragilidad creciente
ya tu duelo es estallido del impúdico caudal
ya eterna purga tú del acervo y el estilo /
los afluentes cantaban ayer hacia tu imán
acólitos amarillean hoy en el limbo podrido.

IX

Presencia eras de gozo e intimidación
extinción lenta es tu cara sucia de vertido
y mentirosos los cascabeles de la alerta /
aún perpétuum móbile de onda irremontable
fuente y tierra de limpieza incansable
y perenne tu filantrópica donación al mar /
agua y agua que desde la nada eres agua
como la carne de quienes te escriben
pero también piedras y limo y despojos
y móviles y quietos náufragos de la pereza /
inmóviles ruedas de molino y usura de fango
agua turbia que busca su alma asesinada.

X

Incondicional susurro el de ese ritmo tuyo
lánguido a menudo sueño del buen cantar
y brutal graznido a coro de los pajarracos /
sórdido trueno natural de cuerda humana
inútil tu bramido al páramo que te rodea
y de triste en triste tañe el insólito silencio /
gotas erre que erre de no dejarte apuntillar
tercamente no al cultivo de la genuflexión
y caro repudio al avestruz y al cangrejo /
aun suspirar cada vez más ligado al hielo
intempestivo el homicidio llamado salud
naufragio muelle en medio de la oscuridad.

Epílogo

Toda esa melancólica humedad eres
toda esa empapada melancolía eres /
amor como el lamido del cachorro
vómito como los bífidos diosecillos /
ubérrima tu humedad ciega y sorda
devoto el riego del abono envenenado.

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