Ilustre menesteroso
Sufre de hambruna entre demencia e inclemencia
desnorte ante las ventiscas y la música de cartón
inopia ante el cloroformo y los abrazos cómplices
agostamiento en el latir de su líquido púrpura.
Ventisca, inopia, hambre y sequía. Son sus facturas.
Ese furtivo déficit: galopa sobre su endemia.
Aun nuboso el sol hilvana sus corrientes viscerales
la marea misteriosa de un aire renueva el pulmón
las algas de ese oleaje tonifican sus temblores
sargazo y arena enmiendan los huecos de sol.
El sol y el aire, la playa y el mar. Son sus dádivas.
Aún así sufre: penuria atemporal de intimidades.