Lejos del podio
«¡Qué antipáticas, al cabo, las opiniones simpáticas!.»
Yo Mismo
Lejano el aguamiel del suponer
y amargamente rebozado en todo,
a ninguno confirmo la firmeza
de la dicha tierra firme
Todo, por contra, es irascible,
titubeo entre el olvido
de lo que ya no se explora
y el optimismo menguante,
entre lo que al sol ya no se brinda
y lo que aún cuidas bajo el abrigo.
Ya se fugaron los viejos remedios
y el nuevo es comprar sobejos.
Ya no se avistan otros refugios
más que aumento del quebranto
con sus goteras de quiebra.
Ya la oferta es fullera y bronceada,
las sanciones ya huecas desafinadas,
ya el oro no es sino oropel,
y a golpes se desparraman
el jardín y la esperanza.