Reverso y anverso
Eso tremendo, que en lo de acá y en lo de allá
y en los otros del más allá
eso tremendo, que indiscriminadamente
su raíz postergue un quórum de permanencia
loemos a la aspiración y a los inciensos de humo
cantemos a los señores y los señoritos
celebremos beatíficos sus hipérbatos
y el espectáculo innovador de su rutina
y sin tardanza aclamemos, además
a la toxina del rumbo a la santa usura
al fullero morbo de los muchos espejismos
y a las urgencias lodosas de la pereza.
Eliminada del censo ya la elegancia
sean nieve y luz apetitos obsoletos
e impuesto el tumor maligno la falsa verdad
y aún así, nos quedará el reloj de sol
terquedad terca, de piedra
de la que no es posible huir
y que atiza incorruptible a la esclerosis
de las otras terquedades, las de ladrillo.