Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Dieciséis

«La nieve azuza hacia el calor.
Y en el fogón, azuza el hielo.»

Xoán A. Leiceaga

Creo en tus linces neuronas, las siento en marcha
y, aunque insistan que no vienen a mí, creo aún
en tu tálamo invisible, respiro perturbador
en cuyo cuenco te escondes, aletargada,
y, en esa calma inquietante, me golpeas con la noche.
Te creo aún, aunque sepa que el afán nos engaña
con su terrible razón de los barrancos.

Sé tus sensores, sé que no vienen mas sienten,
sé aún de la larga sombra de tu impresencia.
Siento tus tientos, cómo hiperbólicos tientan
a mi sólida utopía, cómo la aturden
hacia tu vuelo sagrado, bien al afelio bien al perihelio.
Y veo la duda en mi vieja adarga, su trote en hielo.

He visto aún tus entrañas, y escarbo ahí,
bajo la estatua de tus emociones, adormecidas.
Casi sé cómo retuvo, activa, la tentación de arrojarse
sobre mi materia oscura, a la ebriedad de esa cruz:
asombrado revoltijo de ternura con miserias,
que hierven a fuego lento, y sirven de sano abono
a mi sagrado, y así terrible, calvario.

Y yo, libre en el aire, alegoría, cometa loco, cordura
sin más camisa de fuerza que tu gravedad.
Y tú, ofuscadora, que engatusas e hipnotizas
para que ascienda al galope por ti, sobre mi crin rocinante...
hasta que un día, nocturno, la cruz se ahogue.

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