Nueve
«... ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es?...»
Gonzalo Rojas
Íntima carnalidad, noctámbulos te escudriñan
telescópicos mis ojos.
Cuando no eres sino imagen, mi tierra pierde el azul
y te rastreo, sin más piernas que mis lentes;
cuando no eres sino opio, mi cielo ya tiene tierra
y me cuelo entre tus piernas a inyectarme con albores:
vitaminado en tu cauce, y a punto de salvación.
Si supiera de tu dónde, me aterrizaría,
me arrojaría a tu iglesia para la unción
y a ti amarrado, en ti acostado, al fin ya limpios
y a plena luz, allá te devoraría:
mi hambre entera es atraparte, carne de mi oscuridad.
Ido al fondo tras de ti, maquino con mis demonios
cómo agarrarme a lo tuyo, lo escurridizo,
cómo exigirte la firma, lo sin papel
cómo saber si tu hechizo es animal, lo toda el alma,
o si yo en ensueño insomne, o si apenas alojado
en el derroche sin goce, el lujo de la esperanza.
Carnalidad impalpable, tentaculares te exploran
telescópicos mis dedos.