Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Escalofrío

Vomita demoledor el negocio de la historia
la morrena que no piensa, mas todo intuye
y ejerce un activo amor de inquisidor
irrumpiendo–avasallando tus albas
con cada muela, con cada arcada.

Policromado tugurio, obeso verticalmente
y aguda espada, de indisimulable grima.
De óxido es su apostolado de amainarte–reducirte
y aplastarte con hachazos que te sonríen
y al cabo borrar las tumbas de los que hubieron tesón
ya mutilados–tachados.

Su luz es rasa, azucarada–trasera
su risa va congelada, su mueca es huera
su rictus horriblemente educado
el odio habita en la sierpe de sus certezas
y la rabia te rebosa–derrama, desde tus grietas.

Y, amorosa hacia el horror, ágil es su pestilencia
la que activamente exhibe con máscaras de colores
en modo estatua, con reojo y mano fría
encastrada en rigideces de puro botox
y encubriendo sus aceros en la cadena del mando.

Impertérrita caverna de la fruición azufrada
solo es móvil en crecer la plenitud de sus heces
sus obras reiterativas: todas maniobras del odio.

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