g-11a [Señor supremo...]
Señor supremo, desprovisto de sentidos
creador dicen del bien, del mal no dicen, a vos
en quien humildemente descreo, afluyo.
Principal, según dicen poderosos y despojados
dueño de la multitud de bocas uniformadas
que repiten machaconas el espejismo
propietario de neuronas adheridas a la genuflexión.
Sordomudo capitel de comerciales
de púlpitos engarzados entre los mitos y ritos
soldador de penitentes por los pecados de hiedra
«así en la tierra —y apenas— como en el cielo».
Quiromántico, el que me has abandonado
y a quién yo impío no necesito
mas consternado me acerco con mis grietas quijotescas
asumiendo como impropias caídas y tentaciones
sin deseo de pedir ni siquiera una respuesta
ni siquiera interesado por el pan nuestro de cada día
pero harto de que usen tu nombre en vano
aunque no sea otra cosa que una moneda en el aire
entre tantos nubarrones, los negocios del espanto.
(*) En su lugar natural se puede ver su poema descendiente, el g-11.