t-46 [Su gran tarea...]
Su gran tarea nos aproxima a su cumbre
y a esa anorexia volamos en las alas de la sed.
Los jubilados de afanes podemos nada
más que agitarnos al calor de la modorra.
Pero encantada, la esfera calienta ya a su agonía.
Uno pregunta si hay forma de conjugar
los harapos con la nieve.
Uno pregunta ¿dónde es que el límite habita?
y ¿en qué dónde aún la luz goza de filo?
Uno pregunta si existe un sagrario hambriento
que nos deje encarcelar las agresiones
y en cuál abismo abismal
festejaremos el entierro de la llave.
Solamente se pregunta
mas, desconcertada, la esfera jadea ya torpemente.
Nada sabe del pulmón de la sabiduría
ni si está sano
ni si resides en la soledad que se pregunta.
La esfera solo se ocupa de que arda ya su agonía.