Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Acudo toda

«El reflejo del fuego del hogar
va, con la mano, acariciándonos.»

Joan Margarit

Acudo a él
agostada y desnudada, despojada de corsés /
sobre su playa febriles mis pies.

Mi exilio acude, aún habitado
hasta el dilema de nuestros desiertos /
mi cuerpo acude, vapuleado
desde el dulce opio de mi experta inercia /
mojados, acuden todos mis ojos
y, anclado, el buzo de mi cerebro /
y, desde mi agua destilada, acudo
herida y sola, hacia su yodo.

Acechante, mi urgencia acude
derramándose
aunque las lentes avisen que ya no está
y miles de lenguas dicten «no debes ir» /
se rebelan mis aullidos, y acuden
pues saben que nadie más es el arcángel
que calma mis temporales de rabia
o de obsesión.

Voy toda a él, endeble
reseca pero anhelante
a inscribirme celestial en su coro diferente /
acudo a él, con insurgencia
ya sin nada, su todo entero esperando /
sola y febril, mi primera vez completa
embriagada con el vino de la esperanza
acudo a él.

O la versión anterior

Casi a ciegas

«La ilusión no es fe, ni caridad
es esperanza.»

Xoan Leiceaga

De ti sedienta, acudo a ti
sudorosa y sin corsés
con bien untados de tierra los pies.

Desde el hueco de la huelga, mi entraña acude
y mi materia, que sin ti se tambalea
en el opiáceo antro de la pereza.
Con su salada oración, suben mis ojos a ti
y, alzando el ancla de su resaca, a ti vuela mi sentir.

Acuciándome la urgencia, acudo a ti
sumida en derramamiento
y olvidada del deber.
También acuden mis voces
como tormentas que puedan cruzar tus filtros
y limpiarme las legañas de amores que no lo fueron.

Acudo a ti
vaciada y ya escalando a inscribirme
en tu justa diferente.
Acudo a ti, hambrienta de tus torneos
contigo por esperanza
y nada para ofrecer, más que yo misma
solo esperando, sola esperando.

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