Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Costumbre...

«... y el humo sin olor y sin imagen...»

Joan Margarit

El entierro era una ronda
aguas de lavar pecados
y humos de conversación.

Comedia y banalidades
lento el paso y conjeturas
de amarilla indiferencia.

Nieve sin escalofríos
si acaso en primera fila
y arcaicos temblores breves
de tierra sobre madera.

Fábrica de desmenuzar
la máquina fue el gusano
la higiene el polvo del frío.

De tierra fue el camposanto
de fuego son hoy los templos
de siempre helado el calor.

O la versión anterior

... con algo de Benarés...

«... aunque el río sea un mar.»

Xoan Leiceaga

Los entierros del antaño paseos eran
en el que bajito todos de todo hablaban
excepto de echarle culpas al muerto.
Muchos vivos sobre el caminar lento
con la social intención de acompañar
a quien ya la compañía nada servía.

Algún que otro escalofrío, ficción en parte
y nunca pensando en cercanas muertes.
Acaso puños con un ligero temblor familiar
cuando la tierra golpeaba la madera.

Bichos en paro, hogaño una maquinaria
que hiela con sus asperges de plata
y sus altos intereses sobre la parca.
De aquel rudo camposanto quedan las sobras
tapadas por otra más vida hambrienta del oro
la sintética y brutal del tanatorio.

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