El amor me debilita
«Es mi debilidad la que te vence...»
Joan Margarit
Incluso en tanto construyo la fortaleza
incluso escudado tras esa espesa defensa
aspirar el incienso de tus llamas
me debilita.
Me derrotas cuando te postras gata
me asfixias cuando me acaricias loba
áspid me enredas cuando te abres a mi gula fatal
me engulles cuando mantis religiosa rematas
a los planeos sobre tu altar inalcanzable.
Sé y no sé el radiante cómo
la profunda noche tú, de tenue luna
sé que ciego me regalas claridad
sé y no sé el humano cuándo
los tiernos años oscuros de la ceniza
firmarán la transición a la amargura.
Incluso así, ante el notario san judas
una esperanza dispone:
«Nuestros ojos son tus ojos de águila imperio
eres la nube del riego de nuestros vuelos
nuestra higiene es tu limpieza y yo tu verbo
eres el aria dual en la tormenta de mi privilegio».
O la versión anterior
El amor me fortalece
«Se entrega a mí tu entereza.»
Xoan Leiceaga
El amor me tonifica
incluso mientras derriba los murallones.
Me postra cuando me vence
me mima cuando tortura
me impulsa cuando encadena.
Me abre la puerta atrancada
y las ventanas, a las que ya no asomaba.
Sé que el parto es claridad cegadora – es sol
mas sé y no sé, cuando sí o no, se verterá
en tenue melancolía – ya luna
o, terriblemente, en explosiones de amargura
sequía contra los años fecundos.
Sin embargo aún así
me entrego a reconocerlo divinidad
la única, la verdadera
la que me engalana de privilegio
de relámpago para los vuelos tortuosos.