Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Lenta convocatoria

«... Todos están muertos
y yo, mientras, me voy haciendo viejo.»

Joan Margarit

Poco pero algo logré —mi esponja es gris—
de establecerme al socaire, valga de ejemplo
de las galernas cazarrecompensas
que nos arroja la roñosa inevitabilidad.

Poco pero algo logré —o eso creo—
fugaces fugas de la mazmorra
ese lugar de las citas con la especie retorcida:
puse sombrilla a su sol y compuerta a su torrente.

Poco pero algo logré—no estoy seguro: ¿alguien está?—
refugios de insumisión —al menos en el deseo—
entre mis dos pálidas lunas:
una el origen, otra la antorcha, desde una a otra.

Es cierto que me ocuparon y con sus tumbos me hirieron
incluso que me regaron pero del todo no me empaparon.
Y sobre todo que ahora —roja consciente mi savia—
se anuncian al fin los partos
las nuevas aguas de mis aguas viejas:
y este arroyo sí, llegará antes, antes bastante
de que el apogeo oscuro, al margen de previsiones
me acarree hasta las fauces del mar abierto.

O la versión anterior

Ajenos blanco y negro

«¡Qué desigual, romper rutinas y poder buscar
que aniquilarlas después de encontrar!»

Xoan Leiceaga

Conseguí todo —todo es apenas un gris—
un ejemplo fue encontrar un socaire
contra martillos cazarrecompensas
que nos machacan desde la prima instrucción.

Conseguí —¿sería?—
intrincadas fugas del calabozo
donde festivos nos convocan voluntarios
y algunas compensaciones a la acidez
del pantano de las hordas.

Conseguí —sobra decir, sin garantía—
la insumisión de los dos inconsistentes albures
uno la causa, otro la luz, desde una a otra.

Me ocuparon, eso sí
mas no siento que del todo, pues del todo
no me palpo derrotado.
Más bien —cosa de ahora—
observo que me alimentan de nuevo
como si nuevas las gotas de sangre.
Y ellas sí, ellas sí conseguirán, sin avisar
invalidar a las flemas de mi rutina.

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