Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Picoteando...

«... va quemando los restos de lo que ama.»

Joan Margarit

Ya se me escurre la última década
en la que me he escudriñado como espigador.
He caminado, he cosechado
palabras azules como raíces
versos como tallos rojos
estrofas como mazorcas
e incluso granos de mis poemas.
Y alguna que otra milagrosa vez
arias que vuelan como grullas blancas
en mi oscuridad.

El corazón hoy registra mi palidez
busca aire limpio el pulmón, nubes de incienso
y escarba el ojo tras la luz inalcanzable.

Bien pronto
en un mañana más cerca que aquel ayer
me asediarán, ya me amenazan
las preguntas desprovistas

— llamas de nieve: ¿qué será de mis oscuros
y de los rizos de aquel lujo luminoso?
— copos de fuego, ¿y qué será de mis mechas
y de las arias, cuando me alcancen?

O la versión anterior

... en los restos

«... resucitando despojos amados.»

Xoan Leiceaga

A lo largo de los últimos lustros
me he comportado de rastreador
he recogido lo más nutritivo de mis despojos
y alguna que otra afortunada vez
— neuronas como versos encarnados
— versos volantes como grullas blancas.

Escribo, igual que siempre, fatigosamente
eternamente con ese perfume dentro de mí
como siempre deslumbrado, por la inalcanzable luz.

Y ahora, cada hoy más cerca del fin que cada ayer
con cada mañana en la oscuridad
me acorrala una pregunta
desprovista de valor:
¿que va a ser de la triste claridad de mis nevadas
de todo aquel sabor a fuego
cuando lleguen las caricias de mi invierno?

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