Cambiemos pues de corral
Eones costó a las hordas librarse de la libertad
milenios con inyecciones de lo inalterable
siglos de cantos sumisos, antes rezar y acaso luego comer
con abundancias robadas en los ríos de escasez
con las aguas usurpadas y la sed divino premio
con breves paces ateas, como anticipo de las guerras pías
eones que al cabo alcanzan el odio a lo natural.
Imprevisible surge un esquimal velando a Dios
la turba escucha, no sabe, que lo inmutable está lleno
el pastor cuenta, no siente, que lo inmutable está hueco
la turba busca elegir cuando decae su capacidad
verticales los pastores saben que la maquinaria se reprograma
horizontal, la turba ignora que su despertar es tempus fugit
tañe su antiguo: aquel valor, tan alto, ¿solo era hollín?
tañe a lo lejos: ¿en dónde nuestro derecho a la infalibilidad?
el pastor sabe, no dice, que tumba es arte de lechos
que con el agua estafada, sale barato el redil y el pasto gratis
ya sabe, no duda, que el gozo fácil asfixia a la angustia
ya sabe, no parpadea, por qué ahogaron a Dios
la turba, horizontal, expira viva en su hamaca.
El pastor tienta, no dice, mis visiones ya están ciegas
y escurre el bulto: ¡qué mercantil es el foso de la doblez!