Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

¿Claudica la maldición?

El cerdo, con hálito rencoroso y su mira, dispara ciego
las balas de olor oscuro se te incrustan en tus partes
se asienta ahí su ternura, y te retuerce tu recto extravío

y si le abres tu apetito, te llenará la zozobra con fe anal
se te emborronará tus cataratas hasta ser inoperables
tus cristalinos repelerán a la luz, huirán hacia el hedor

tan penetrante es su afecto, tan venenoso ciclón
que incluso robusta y verde, esa que era tu consciencia
se coloca los grilletes de su infecciosa trinchera moral

esfuérzate en no caer en la malla de la piara, es horma
puro ejemplo de lo sacro, náuseas para tu fina avidez
palparla sí, y arrebatarle el azul camuflaje de su túnel

háblale de tu óptica inconciliable, de su dolosa, háblale
de su cruel santidad, de como da la puntilla a los gozos
y háblale de su heroína, de cómo destripa el ojo natural

su volumen interior es superficie, plenitud de su vacío
falsedad e inexistencia disfrutan en su feliz coincidencia
¡coyunda de otoño–invierno!, un muestrario de su cielo.

Cuida el ardor de tus alas, cuídalo, que nunca flote sin gas.
¡Y háblale, no solo háblale!

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