Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

De las vacunas

Nosotros:
Fe significa negarse-a-sorber, luces de realidad.
Los píos, curas o no, son enfermos de raíz
su codicia les exige que lo sano no disfrute de garantías
solamente lo arrugado, más si bruñido, tiene valor
no el sucesivo mal de ojo de la hostil naturaleza:
que así recoge el sentir del buen creyente.
El higiénico papel contiene toda la ciencia del teólogo
y por eso se esfuerza en enseñar a leer sin oliscar
solo por las superficies sin oleaje
siempre de lejos, y retorciendo los verbos
siempre con prisa, y siempre sin cavilar:
¡Ah, y las orejas de burro perfectamente ajustadas!

Ellos:
Nada con indagaciones, al mando solo los medios masivos
nada con aire, apenas humos y saturados de oscuro
solo lo que nos decimos, y que os llega fraternal de nuestro dedo
y de las letras que se apellidan sagradas, como los salmos
y los milagros, que ellos sí son naturales, no prestidigitación:
¡Ah, nuestra cabeza, solo ella, es el sinónimo entero de honestidad!
Y atentos a los instintos, vuestro estoque del edén, basura
que deberéis superar con hartas dietas y genuflexiones
o castigados al limbo, privados de acceso a la dignidad:
¡Ah, nuestro Rector, es la sesera más sabia y humilde!

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