Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Misión es riesgo

Esos llamados enviados, no siempre bien recibidos
los que ofrecían sus delicadezas, para la supervivencia
los que algo nos enseñaban, los que morían sin odio
los fidedignos, ojo, pues todo tiempo rezuma fantoches
si respetuosos de sí, resisten al rastrillo de los siglos.

Los que nocturnos se descolgaban de arriba
de utópicos modos siempre, aun en formato milagro
aquellos que al descender, se autodefinían de misioneros
rezando siempre a favor, de quien los hace sufrir
predicando siempre amor, también a quien los maltrata
alfabetizándose siempre, en la inmolación de los apetitos.

Esos que, sin fundamento de luz, alumbraban con su praxis
esos, humanos quizá no sabios, mas con chispas de finura
esos humanos sin miedo, que no alquilan sus rodillas
los que no se amilanaban, ni ante la fuerza ni las medallas
los que tragaban secuelas enteras, e incluso premoniciones
los que la gloria sentían ante su escarnio, vaticinado.

No eran cangrejos, ni cocodrilos, ni eran guepardos
huían de provocar pero hostigaban, aun sin querer
no eran oscuros, ni perros de agua, ni menos zorros
pero las hienas, ya deshuesados, trituran su abnegación
y cuando hay cambios de moda, los tiran al basurero.

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