Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Nos equilibra el vagar

Fin de semana, horas de tu descanso en el glaciar /
los domingos el vacío te hechiza, creemos en el porqué
limados los apetitos requieren de combustible
y de activar escondida la inmersión en la morrena
donde reposan los viejos gérmenes ya satisfechos /
cogerás el autobús favorito, el de la nube inclemente

acaso nido donde nacen–yacen tus preguntas olorosas /
con la obligada inclusión de indecencias de juguete
qué candores todas ellas, frutas que entrega natura
aquellos bailes virtuosos, evocaciones de glorias pasadas /
las indiferencias vuelan con alas de evolución
en ti aletean irreverencias maduras, y en otros fes
sea en alguna deidad o en sus bolsas comerciales /
¿y los vermes?, aun el de la perversión es de origen natural
por una parte nos salva la infantil curiosidad
y por otra los atrapa, halagadora, la abeja de las dulzuras.

Qué veloz huye el jardín, qué lentos van tus alientos
qué lentos corren tus genes, qué pensativas sinapsis
qué lento va tu ajedrez, qué rauda seca la fulguración /
ya no puedes conectar con los apetitos durmientes
con la atracción insalvable hacia lo que fabricaban
clarividencias y entregas en lo remoto de tu más acá
que serenas y nerviosas calmaban al ímpetu agradecido /
contra la tenia indecente que inmola, duro es pensar
más cómodo es desleírse bajo el imperio de luces oscuras
en esa sal nauseabunda de los paisajes inverosímiles.

PS. Incluso sin adulterios, el vagar es un laxante.
Y gemelos tú y yo, gozamos–sufrimos del mismo instinto.

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