Requisitos del indulto
Lean, lean, repasen los libros esos de la insalubre moral
impuesta por monaguillos en lucha con vuestra sangre /
apliquémosle cilicio al rebaño, domémoslo por su bien
y a las ovejas, colgemos de las orejas, y que nos balen
y a los corderos, arrodillados, requisémosles sus faltriqueras.
En su soberbia, se ven a sí mismos como elegidos
con careta de humildad se señalan a sí mismos los justos
al saludable, e incluso al sano, les exigen sumisión
y a los más fríos, los malditos esquimales, les ponen azufre y rabo /
deliren, deliren, peritos midan la arrogancia del mensaje
precisos midan su fe sobre el olor de los dos mundos:
su invento esterilizado, y el real que ya vomita /
repasen, con microscopio repasen los hechos
ausculten bien las hazañas y midan bien su estrechez
relean, la filfa cada vez tilda de embustero al que relee.
Violados, hemos llegado a la fatalidad, al precipicio feliz /
en este tramo final nos han llevado en cohete, y llevan, y vamos
de delirio en delirio a su planeta, el de la banalidad
hacia poemas vacíos o rellenos de codicia
a músicas exaltadas que toca un mando a distancia /
nos alumbran con la ausencia de luz, y oscurecidos
nos coaccionan con remordimientos y su cara absolución /
nos han arrojado incluso de la belleza que tuvo su cruz.