Aún cosas de ella *
Ojeándote errante por tus nubes
centrada orando a tus letras y mis desvelos
caí de bruces
y ahora mis ojos te reivindican sangrientos /
pero qué importa
si mi reloj sostiene osado el compás
como si toda esa sangre aún fuese mía.
No conozco la manera
poeta de mí
de atraparte encadenarte
en la sima de mi encanto /
dónde tu puerta
por qué no ábreme si yo ya me abro
a lo más felino de tu arma blanca
a lo más azul de tu lluvia blanca
solo sé / ¡qué poco sé! / ¡qué sola sé!
deslizante velo
frotarte libre sobre mi máquina
como sonámbula esclava bajo tu luz
y apresarte en mi caverna de los letargos.
(*) Dedicado a MM, que lo susurró entre suspiros.