Extremos
«No amamos a nadie: solo a la idea que tenemos de alguien.
Amamos un concepto nuestro, o sea, a nosotros mismos.»
De Fernando Pessoa
Mi estepa aguardaba loca una lluvia
ella sentía /
y tú pensabas
hubiera podido ser su diluvio inagotable.
La esperanza ya es escudo mojado
y mis lágrimas brotan de la sombra
/
Mi torpeza balbucea sobre vos
sus maquillados alivios de cartón piedra.
Mi tallo fue aquel frutal despilfarrado
ella sentía /
y tú pensabas
hubiera sido su abono si hubiera sido.
Mi boca de húmedo rojo se quedó abierta
asfixiada por el puño de tu desidia
/
Mi ceguera llora agravios de arrepentimiento
sobre la losa que levita en tu sosiego.
He alcanzado al fin la paz de la noche
aún sentía /
tomas la copa
y eterna ya es tu condena de no colmar.