... o cavila
Aun hechizado por ojos de noche
aun ya asomado a la cueva de luz
se ve que tiemblas, de ahogo entre las corduras
has apuntado, escalado y descendido
has atinado, en blancos blancos y oscuros
has vacilado en montañas, sin sensatez
el nudo te hostiga inmóvil en ti encerrado
los dardos conviven o no con tu alborada
el arco de la amargura te sabe a dulce
toda esa duda de azúcar activa al nudo
que va directo, dando vueltas tú en tu noria
aunque jamás subirás a tu lugar en el podio
sin estar preso por la razón de las flechas
sin convertirte a la fe de los arcos
aún no es de huir el pánico que te azota
y no es cosa de vestir una sotana
ni otro uniforme cualquiera
ni de obsesiones con la perfección
no te tuerzas ni andes recto, solo a raudales
no caviles y usa el arco
y sin acechar arroja las flechas de tu carcaj
aunque no subas jamás a tu lugar en el podio.