Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Pasatiempo obligatorio

Cálidamente encerrados en cuadras
apretujados sin llaves y a oscuras
somos libres de vivir las fotos fijas que envían
aunque nunca negativos.

Escondidos e incesantes sus altavoces confiesan
«fe es creer lo que no vemos
—nunca dicen ni veremos
pero ustedes a su gusto
aunque cuidándose mucho que la cabeza no hierva
».
Con trascendentes insignificancias
y sofisticados rayos de su sol embotellado
enriquecidos se nos va pasando el tiempo
¿y qué otra cosa uno debe anhelar?

Los locos hablan de parábolas de orín
bien envueltas en humos de colores
y de helados excrementos–no sal ni azúcar.
Que ahí andamos parados
ligados a un firmamento oloroso
y uncidos pero remotos los unos hacia los otros.

Los locos dicen «inflados de certezas congeladas»
y que en ese establo yo soy un senil pollino más
que incluso ya se ha olvidado de rebuznar.

Volver