Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

16

Vos, extraña y extranjera,
sois lo impensable, mi oportuno relámpago.
Ya no es cardinal en mí conocer si estaba escrito, o fue un azar.

17

¡Qué pronto, lo que era extraño se vuelve ferozmente indispensable!
Se encarama al vaivén de las mareas del placer y del dolor
se mantiene sucesivo como sus cadenas de olas
uncido ya por el alma tangible del agua.

18

Los sentimientos me anudan con la cuerda del deseo.
Mi sigilo te recibe y nos modela, forastera.
No sabe si relativo te arrastra, o
si absoluto nos arrastra.

19

Sólo con tesón conjunto, coloidal
lograremos terminar nuestra cámara, expectante
donde se mezclen brownianos, nuestros rítmicos silencios.
¡Oh paredes de granito, ansiosas veces reutilizados por nosotros mismos!

20

Me estremece y admira la terquedad de tu tensión.
Me arraigo en las oscilaciones, entre tu incertidumbre y tus delicias
entre la diversidad centrífuga y mi núcleo protector.

20-bis

Me ofusca la terquedad de tu intención.
Esa savia que se instala en la centrífuga diversidad
y entre las incertidumbres de un refugio.

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