246
Vivir es sorber el escalofrío de intercambiar palabras que se perderán
es compartir nuestro libro, presente en los dos estantes
libro a dos manos, que nos escucha y nos habla
el libro que nos esquila la masa del odio.
Melodías que no se perderán.
247
Sabor de extraña, ni con uñas ni con dientes
caudal de extraña que no es ya mi extraña, ni yo su extraño
habitante de mi casa, y yo a la vez de la suya
manantial constituyente de un orbe propio sin maquillajes.
248
Me conmocionas, y te debo prevenir: con inconcebibles te acosarán.
Y somos apenas nada más que una lentísima evolución
que nunca alcanza ni a ser estrella fugaz.
249
Ni siquiera vos, mi amantísima, ya no extranjera de mí
permanecéis inmutable. Ni aún inmune.
La duda es vuestra certeza.
250
Lejana amante, símil ceguera.
Tal vez la mía ya sea dominadora incurable
quizá sea continente de libido y de codicia.
La tuya, tierna, aún es noble.
250-bis
Tal vez mi ceguera fuere
más que la tuya, amante viajera a mí.
Tal vez yo lo quiera todo, y tú transijas con mucho.