261
No se derrota con enfrentamientos a alegrías que te agreden, amiga extranjera.
Tendremos que reflexionar mejor en las artes invisibles de combatir.
Siento más eficaz el sendero de la indiferencia escondida
que el encaro sin disfraz en su campo de batalla.
262
No hay que dejarse atrapar por sonrisas que nos lluevan de las nubes
por esos cuentos como los que apresan a todo niño.
Cuidemos de no caer, tú y yo, extraña, en esas arenas tan movedizas.
263
Son papeles arrugados, extraña que entra de lejos, pero erigen nuestro libro.
Mi tallo de trigo es pluma, la humedad que tú acarreas es tinta.
El libro ahora, con tu color, es el sueño tembloroso.
263-bis
Tu libro, mi libro, extraño, son libros pobres.
Nuestro libro es compartido
y es mucho más.
264
En cada uno, no alcanzo a ver ni la humedad ni el trigo, oh extranjera.
Mi tierra piso, pero en la tuya ya siento todas las tierras.
Al cabo, es la errabunda y torturada Tierra.
265
Te miro hoy, casi todo es nuevo en ti.
Mañana, cada mañana, lograrás nuevos menudos
no arcanos, no sustancia que distinga más lejos que tus vestidos.