Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

91

Ah extraña mía, una vez más
nos asedian los chirridos de la veloz despedida
cuando habíamos logrado, apenas, humedecer los rincones de piel.

92

Todavía, extranjera, puedo ser monte
que devuelve al menos un pálido eco, a las respuestas que te persiguen.
Todavía, extranjera, me palpo esponja
de tus quejidos a lo eterno de tu amor, único patrimonio, tu única renta.
Todavía, extranjera, ardo en tus cielos.

93

Tu silencio y mi silencio
tejen cada uno su parte de la comunión.
Intercambiar entre cáliz y oblea, sin ser jamás testaferros.

94

Tu soledad, y la mía
son ab initio cómplices en este libro
y creadores cautivos en esa grieta de las despedidas.
¡Oh roja vinculación!

95

En este libro mudamos el grito «cañón» por las palabras «pétalo»
y los insultos «obnubilación» por las lenguas «armonía»
los puñales «a traición» por selvas de «lealtad»
la navaja «rencor» por el filo de «amar».
Borramos aplicados las primeras
del calvario de las hojas.

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