Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Crucero fluvial

«Lo que ella más temía no era la muerte
sino la vida y su interminable fatiga.»

Ellen Glasgow

Nocturno el hueco en la lucha por el parto:
extorsión de hecho en este río intransigente,
que me fatiga incansable los pulmones:
que pocas veces tolera, y levemente, la vida.

Casto, en esta cuenca comencé la travesía
que me arrastra al enfriamiento
y me atrapa en su cartesiano complot:
inerme, ante la invasión autista del reloj
calado, en el lago de las profecías estancadas.

Solo, me dirijo a la zozobra por el flujo de codicia,
perplejo, por el equívoco vigor de aguas pasadas,
incapaz, nologro encender la hosquedad del cauce,
burlado, por lo fugaz de las fascinaciones
y por la magia de aquellas ansias irrecuperables:
luces ayer dulcísimas, ahora sangrientas.

Morosa, abre la tarde, y languidece
el balanceo altanero que nos mece en los vertidos.
Oh fluido, que interminable a mi costa
aún enredas mas no engañas:
ya siento tu lápida, ya tus preces del estuario:

«¡Ay depósito, amor temido
eterna humedad, frígido frío!».

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