Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Gracia [iv*]

«No puedo seguir, seguiré...»

Samuel Beckett

Niebla aérea, penetras con tu latencia
en la osadía de todas mis vidas
y virginal me encaramas a tus tapices de luz.
Enigmática y tímida, batelera y sirena
regularmente, en mis santas tempestades
he naufragado en tu río de savia.

He contemplado, cómo tus olas engatusaban
con su humedad a mi arena
y he sentido el cosquilleo bajo mis pies.
He visto cómo tu espuma excitaba
la firme inactividad de mis rocas
y he esparcido esa terapia por mi fatiga.

Cautivo he sido, lo soy, de tus pavesas
y hoy, saturado de demoras, me inquiero:
¿quién eres, a quién reconozco sin conocer
a cuán inaccesible aparición?
¿quién eres, cortesana del hechizo
por qué tan sólida en mí, por qué remota?
¿por qué ante mí difuminas, candela estéril
si ya mis fuerzas, si ya sin poder seguir?

Raíz y vaso de mis temblores y derramamientos
no más desahucios con tu distante gelidez:
¡Ármame!, o bien déjame dormir.

O la versión anterior

Gracia [iv**]

«Ya no sé cómo seguir, ni cuándo.»

Xoan Leiceaga

Enigmática y modesta, bruja y sirena
durante mucho tiempo, regularmente
franciscano he navegado en tu mar.
Hermética en tu latir y patrona de la sombra
durante toda la vida, irregular
ascético no he sabido subir a tu luz.

He visto cómo tus olas
con su vaivén acariciaban mi arena
y un cosquilleo ha alcanzado a mis pies.
He contemplado cómo sus geles
con su morbidez curaban la parálisis de mi roca
y he tiritado cuando esa terapia
se subió al fin hasta mis contracturas.

Me he visto preso de tus centelleos
y hoy, abarrotado de calma, me canto:
¿A quién aspiro, sin conocer
a cuál repetitiva aparición?
¿Por qué, tan remotamente, me desafías aún
Vos, raíz de todos mis derramamientos?
¿Quién sois, manceba de aristócratas señuelos?
¿Por qué, firme en mí y tan lejana
te despilfarras con un farol mortecino?
¡Entrégate de una vez, o muere!

Volver