Pústulas
Con los forúnculos en pleno asomo
pasaban los muchos años pendientes.
¡Quisiera yo que no todos, que incluso nunca!
Pasaban por el corazón, fuelle sin pilas
y en su crecer se me erguían viejos los surcos
en esa esponja tan gris, como un bidón de la extrañeza.
Lentísima se volvía la solidez
y sombríos sus efectos
y contracturas los copos de la indolencia.
¡Se devastaban los goznes y el musculado!
Después de tanta descarga, vulgonubosa
pringado por esa caspa que se dejaba caer
en sajando que sajaban las navajas cada estrato
y a pesar de aquel fecundo colgajo de las mil dudas
avanzaba por doquier la desbandada.
¡Y hondo hurgaba el rimero de los zurcidos!
Pasaron todos los caos, en demasía
sobre las rocas endebles de la ilusión:
¡La pasión limita al sur con un glaciar!