Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Sigilo

Silencio en el hogar claro, de los dos,
que instintivos inventamos, ¿recuerdas?

Fue ayuda el clima hostil,
pero ante todo fue la sacudida, el pasmo
que provocó nuestro aluvión nutriente
frente al fracaso estrepitoso del pudor.

Aquel estruendo fertilizó a la intuición
y su dulzura acunó al esmero.
Ya fue así, veloz, interpretar en la otra piel
la partitura antiquísima de la seducción;
ya, natural, no pisar cada copiosa gravedad;
ya, consenso, el repudio de tanto triste circo
y de tanta salaz barbarie, y sus hostias.

Sagrado el velo, embeleso de desnudez,
tenue espacio de clausura, prodigio y refugio,
redención, gel contra escaras y vacíos,
sigilo alquimia cantera de esencia,
anecoica red de montes comunicantes,
caldo que generó la lengua propia, silente.

Soprano y bajo, feliz aria del instinto,
cuerdo dúo de demencia, ¿recuerdas?

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