Adormidera
«Miedo de que el botón pequeño sea más grande
que mi cabeza: miedo de traicionarme y de decir
todo de lo que tengo miedo, y miedo de no poder
decir nada, que todo es indecible....»
Rainer Maria Rilke
Pausado en admirarte me entretuve
amapola blanca
o amapola escarlata del enorme lunar
descuelga a la guadaña de tus nervios
que de ti no brota ninguna culpabilidad.
No es tu culpa la irritable insipidez del gran lago plano
ni las medallas o coronas de laurel que me invitan a bailar
no lo es cualquier volcán o fumarola repentina
y ni siquiera lo más gélido de este inmenso cenagal
No lo es el falso oro de tantos báratros
ni tampoco el sol hueco de nuestros ídolos
no lo es la glotonería paciente de las arenas movedizas
y ni siquiera el mal ejemplo ni el garrote de las jaulas
tanto de polvo como de hierro.
Sea por el viento de tu ballet o el oleaje de tu recital
mejor desembarázate de esa toga o soga
amapola lindísima amapola
y de tu buen vicio no temas a la afrodisia
que la culpa no se cría en esa lignina ni en tu cepellón
ni deriva de la alquimia de tu opio
sino de las arrogancias del dios colmillo del ego.