Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Desenlace del pecador

Repaso el ritmo,
y las rimas no terminan de rimar.

Repaso, es un ejemplo,
las inclemencias que arañan en mi intimidad;
lo reiterante de tantas invasiones de puntillas,
lo inexistente de intrigas mías para usurpar aquel sitial
y lo idiota de no cantar, desde uno a cien antes de hablar.

Repaso, es un ejemplo,
las temibles pérdidas que los aniversarios suman,
lo terco de no haber prostituido ni un puto voto,
lo irreversible del reingreso victorioso al lodazal
y lo idiota de no cantar, desde uno a mil antes de hablar.

Y siento, lejano ya de la astucia, quemar mi alarma:
trepa por mis paladares la sequía de la dicha,
no consigo ya impulsarme al martillar del carillón
y en su relente duerme achacoso mi pendenciero.

Y es justo ahora,
cuando apenas intervengo si me lo ruegan
y el riesgo es boya en su cuenta,
cuando arrugada me desocupa la inspiración,
cuando del niño me desentiendo y otorgo,

es justo ahora, cuando al fin logro
que los ácidos de la indiferencia derroten a la agonía.
Repaso entonces el ritmo y siguen las rimas igual.

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