Sto. Domingo Savio: (iii) El asesor
—Hola, ¿te llamas? No eres de acá, ¿de dónde sos?
Yo soy Pedro, tengo ocho años
y mi oficio es el de guía profesional.
¿Quieres que a través te lleve, de los reflejos
y del oscuro destello de este mármol gallinaza?
¿Deseas que recorramos rumiando
la alegoría de este horizonte maldito,
esta mole que yergue su arrogancia sobre la infamia?
—Contigo sí. ¿Y tú qué quieres de mí?
—¿Yo?, contarte y nada. Recibo pero no pido.
Mi padre fue asesinado, acá.
Mi madre nos abandonó acá, bebés los tres.
Los abuelos y nosotros, acá vivimos;
esta es la abuela, enferma y desabrigada.
Quizá el sopor de esta luz es la licencia para recibir,
no de pedir. No pediré.
—Me llamo Pedro, tengo ocho años
y mi profesión es la de guía.
(En la absoluta lejanía de los ritos
he sido golpeado, muy dulce y recio,
por la cueldad de un dolor santo.
Me pregunto si he aprendido.)
Medellín (Colombia), 17 ago 2008