Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

La aguja del reloj

«Sólo sirvo para lo que nada sirve
y satisfecho aleteo hacia esa tumba.»

Tú Pasando Por Ahí

Pasan los años, arrebujados en su hábito de milenios
y tú remando sobre lo implacable de ese oleaje
inmanente inquisición.

¿Cuál yugo te capturó / poco después de los primos palotes?
¿Qué destello te libró / de los poemas de la obsolescencia
y cuánto te retuvieron después / en la limpieza del margen?
¿Qué morfina te condujo / a recordar el olvido?
¿Cuál el valor / en los rubíes de tus atropellos?
¿De qué manera después / fuiste mejor? ¿Y hacia qué dónde?
¿Cuánta pereza te precipitó / en el desorden
y a dónde / la tibia anestesia del desaliento?
¿Cuán chasco tuyo / esa homérica estrujante navegación?

¿De cuáles tus tentaciones dispones hoy?
¿De cuáles para tus vísceras de humo
que habitan cerca de la imploración?
¿Qué turbiedades para tu quijotesca dimensión
molino que ya precisa tormentas para moler?
¿De qué inyecciones para tu cuerpo infectado
para ese espectro, de siempre antiguo y extranjero?
¿O acaso algún alboroto te vive aún?

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