Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Partitura mía [xii]: Ternura

Despertamos dulces y relucientes
para el sosiego con otra aceleración: el cómo
de mi tálamo agitas el sopor, el cómo
se multiplican en tu arco los retortijones, el cómo
entre las ráfagas te iluminan los delirios, y el cómo
como si tú mi sierpe encabritada.

Contumaz se te instala la fruición entre vaivenes
y te bullen los sabores arcoíris del aire puro;
es cuando, una humedad, la desnudez de las lenguas
extermina al buen tesón de los desmayos
resucita a tus alas insaciables para volar sobre mí
y ya, cercano el punto, los vahídos te consagran
en lo sacro escrupuloso del rito rojo.

Premiosa ya, abres párpados, y venturosa
horneas mis acrobacias por el cielo de tu suelo.
Súbito decúbito baboseo, te ensalzo
y gozo de la rectitud redonda de tus columnas.
La oferta don de tus cuencas, toda esa entrega
la delicada sangría de tu espíritu de carne
se vuelven licor en mi sed, y el desenfreno
en especial tu desenfreno, desata
el postre herético que abren mis dientes.
Anda ya nuestro tumulto por sobeos con electricidad
que acucian y que sublevan al abismo de las pieles
y rotundas son las arias de los vagidos más roncos
que nos guían a la mina de exigentes elegancias.

Pronto ya nos tocará encarnar la languidez
y buscar fugaz cobijo por la azul inanición
la más serena e impaciente de las cátedras.

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