Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Partitura tuya [x]: Cobijo del frío

Hueles a olor que me alborota de fe
que me subleva con el divino huracán de la ternura:
sumisa aguardo la gracia de tu pericia maligna
y, en ese en tanto, un ímpetu dolorido me abrasa.
¡Cómo arde mi horno, en su vocación de infierno!

Apiádate monje de mis arroyos, secos y fríos
elévate jardinero a este ruego, y riégalo
y, tú mismo desbordante, viértete ahí torrencial.
Frótame fisio, las voluptuosas espinas del seso
garra aráñame en la nuca de la fruición
cánula inyéctame el suero de tu más turbio
y zambúllete verdugo en mi carnívora carne.

Declámame con lo cruel de tus poemas de amor
bésame sobre las grietas del corazón hipotenso
sóbame con tus abrazos envenenados de seda
cántame simultáneo con tu rabioso rabiando
y embadúrname, gozoso lento, con tus sorpresas.

Ya entonces, terriblemente, mi purpurado
abrirá las avenidas para tus venas hinchadas
la ansiosa fe de mis huecos te elevará a sus altares
tu aguja la penitente confesará sobre mí, y, sierva al fin
moriré electrocutada por tus dulces convulsiones.
Y en esa paz, compartiremos la más sublime oración.

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