Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Rastreo

Ínsula te recorrí,
inconsciente del calendario vendaval
me agité sobre tu pico baricentro,
vibré verde en tantas idas y venidas,
caminé la playa, me sumergí,
suspiré también, adivinador.

Navegué hasta el cayo,
lo rodeé con mis brazadas,
lo escalé con mis rastros,
me encaramé a aquel agreste peñón,
absurdo oscuro hasta el bautizo este
y rebosante ahora de luz.
Regocijó el horizonte
y virutas de nadie había en mi retina,
nadie súbito habitaba, ahí.

Y justo instante, fue cuando agua apareciste,
manantial azul entre las profundidades,
lanzado arroyo desde tu cielo lejanísimo.
Virtual te vi, aunque sería
quizá más cierto decir te resurgí,
y a mi nudo te trasladé desde tu propia bruma.

Y ahora, me tortura la lija del recelo:
¿me azul sentiste o no, también tú a mí?

Volver