Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Representación desde la cima

Jaurías de luz y arsenales serenos de mar,
y peñas blancas de la santa añadidura.
¡Y esa Venus!, ¡cuánta azul provocación
de las gracias que golpean mis retinas!
Y los verdes nudos de las laderas rabiosas,
y el leve atavío de su endémica armonía.

Esas tales mansedumbres, plantas desnudas,
kinesias de la playa donde se asientan,
los tobillos, jinetes en su danza de arena,
las carantoñas del duro sol sobre la blanda sombra,
los orgullosos espejos, tus ojos de agua,
la limpia placidez de observatorio
y venero de arrumacos
sobre la torva rosa de la ausencia.

Aún tu acariciable piel, bronce de tu magnetismo,
tu rebosante materia, ágata de fuego,
y aún tu copa alzada por los anhelos,
brindis tras brindis al abrigo de esplendores
y aún el monasterio tuyo de la plenitud.
Luz y mar, arsenales y jaurías, contundencias
filiación con la que, isla, me amarras.

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