Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

33

¡Qué ineptitud, la de mi triste escalpelo!
¡Qué osada su incapacidad para curar, una tras otra, tus llagas!

34

¿Florecerán, encarnados en tu vientre
como retoños
los incendios provocados que convocan a mi carne?

35

Clavado, vivo retrato sobre tu tálamo.
Perenne mi pertinencia.
Y así sea.

36

El primer paso, sencillo: nuestro reino lo fundamos.
Ahora, resta la urdimbre imposible:
infatigable erigirlo.

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