Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

61

Aquel abrazo primero, en el que ardimos.
Un fuerte apretón abierto: tu oriente con mi occidente.

62

El abanico logró, al cabo, batir sus alas.
Brisa de la primavera, buenaventura que avivó las llamas.

63

Abotonados, sumergidos en la cima de las euforias
submarinos inocentes, progresando por el mar de nuestra celebración.

64

Me coronaban ya manchas de piel el día de tu abordaje.
Era tu aliento un incienso que perfumaba
un dulce e inmenso brasero.

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