9
Dos gemas tuyas convocaron a mis labios.
Y esa arruga que te marca, al alma dura de mi inconsciencia.
10
El peregrinaje por tus vertientes, y tus cráteres
me provoca erupciones inocentes.
Y la lava nos madura.
11
Es aurora tu limpia fumarola:
¡Oh color!, me has transformado en maestro.
12
Habíamos presentido el alud y ya hemos atravesado el estruendo.
Hemos logrado escalar a la más escarpada cima.