Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Reflexión

Reflexión 1

La letra E

  1. Eder, Ramón (España, 1952)
    Algunos versos son tan malos que resultan inolvidables.
  2. Egea, Javier (Granada, España, 1952-1999)
    (Suicida en 1999): Y me mantengo firme gracias a ti, poesía, / pequeño pueblo en armas contra la soledad.
  3. Eich, Günter (Lebus-Brandenburgo, Alemania, 1907-1972)
    ¡Sed incómodos! ¡Sed la arena y no la grasa en el engranaje del mundo!.
  4. Eisenberg, Deborah (Chicago, EEUU, 1945)
    ¿Por qué comencé a escribir más bien tarde? Supongo que hice todo lo posible por evitar escribir, pero al final no me resultó posible. Había quien me animaba a hacerlo, pero me repelía la idea de darle al mundo un escritor mediocre más.
  5. Eliot, Thomas S. (St. Louis, EEUU, 1888-1965)
    No dejaremos de explorar / Y el final de nuestra exploración / Será llegar al lugar del que partimos / Y conocerlo por primera vez.
  6. Eluard, Paul (St. Denis, Francia, 1895-1952)
    Ella surgía del hombre / Y el hombre surgía de ella /.../ Surgía de las infancias vagas / De los más bellos sueños en espirales coloreadas / Y de las realidades rígidas / Jorobadas partidas blancas negras.
  7. Elmore, Peter (Lima, Perú, 1960)
    Mis novelas se desarrollan en un clima de violencia, por la misma razón por la cual sus personajes viven [en Lima] bajo un cielo nublado y con 90% de humedad. La relación entre victimarios y víctimas marca la existencia del país y define las biografías de los ciudadanos. Y no me refiero sólo a la violencia política, sino al maltrato racista y los hábitos autoritarios en la cotidianeidad... Pero también hay esas reservas de humor, ingenio y dignidad que, en medio de todo, enriquecen a Perú.
  8. Ernaux, Annie (Lillebonne, Normandía, Francia, 1940)
    (Entrevista): Siempre quise escribir como si no fuera a estar cuando publicaran lo escrito. Escribir como si fuera a morirme y ya no hubiera jueces. Aunque es posible que sea una ilusión creer que el advenimiento de la verdad depende de la muerte.
  9. Enzensberger, Hans Magnus (Baviera, Alemania, 1929)
    ('Historia de las nubes'): Nuestro cerebro / es demasiado pequeño para comprender / cuán pequeño es.
  10. Farrojzad, Forugh (Persia-Irán, 1935-1967)
    Un pájaro que murió me dio un consejo: / ten siempre en la mente el vuelo.

Reflexión 2

ENTREVISTA de J. M. ROCA a G. ROJAS, con mis COMENTARIOS

Parte II de III

Segunda parte de la entrevista realizada por el poeta Juan Manuel Roca (Colombia) al poeta Gonzalo Rojas (Chile), publicada en la revista Prometeo y, ahora, con atrevidos comentarios míos.

DEFENSA de la RE–NIÑEZ

Por Juan Manuel Roca

. . .

Juan Manuel Roca: Eso me parece que le da un carácter muy orgánico.

Gonzalo Rojas: Yo creo que en mí opera una coherencia dentro de una aparente dispersión. No le tengo miedo a la dispersión, pero siempre las bridas están en las puntas de los dedos, entonces aparezco como un gran disperso y un tipo que habla de esto y de lo otro, del amor y del desamor, de las locuras, de las visiones, así y asá, pero si se mira con cuidado, supongo que se advierte que en ese lenguaje inconexo no hay disipación.

XLB: «Pero siempre las bridas están en las puntas de los dedos»: nada que añadir después de la mejor definición de coherencia que jamás escuché. Lo que si acaso me sorprende es la sugerencia de una posible dispersión en la obra de GR; se puede admitir, incluso celebrar, como recurso de entrevistador o de pregunta soplada, pero debo indicar que yo, que me he leído una buena cantidad de la obra de GR, he admirado —y admiro— uno de los estilos más originales, inconfundibles y estables que uno imaginar pudiera. Efectivamente, en mi modesta opinión, «en ese lenguaje inconexo no hay disipación», ni indicios.

Juan Manuel Roca: Pero también hay una cosa que me parece bien atractiva y quisiera que nos hablaras de eso, por un lado el carácter eufónico, musical que hay en tu poesía y que de hecho es inherente al poema, pero también la gran plasticidad, es decir la aproximación al mundo visual y al mundo de la imagen plástica, inclusive en temas como el poema sobre Chagall, hay esas dos instancias, la musical y la pictórica. ¿Cuál relevarías más en tu obra?

Gonzalo Rojas: Preciosísima pregunta, muy estimulante pregunta para mí. Desde luego todo se fundará supongo a escala teórica, en la correlación de las artes en que funciona en todo poeta, supongo que funciona eso en un grado más, en otros menos, en algunos casos. En mí opera la visualidad, pero opera más la oreja, soy animal de oreja. ¿Por qué soy animal de oreja? Bueno, porque así se me dio la palabra, desde la vibración, desde la vivacidad tal vez del viento. Yo viví y nací en un paraje de las grandes ventoleras, con el océano abierto, desencadenado, y más que el sonido, funcionó en mí de chico, desde muchacho, el zumbido. A mí me parece que el zumbido convoca o unifica, o ata, o teje una urdimbre entre todas las cosas.

Valery que era tan sabio decía que la poesía es una vacilación entre el sentido y el sonido, yo relevo el vocablo sonido y prefiero zumbido. Tanto es que ahora va a venir un libro mío, extenso, que se va a llamar Del zumbido, justamente. Bueno, entonces lo que te quiero decir, para responderte a ver si puedo, y funciona, es que tanto el lado de la imagen, el lado plástico como el cinematográfico operan en mí de manera determinante. Hay poemas filmables, se me ocurre...

XLB: Eufonía y plasticidad, o sea, música y pintura o cine, aquí está una certera y aguda pregunta dirigida a GR y a su poesía. Poesía sin ritmo es dudosa poesía, poesía sin imagen asociada es un calado en el que no había pensado explícitamente.

En cuanto al ritmo cualquiera diría que es algo común a la poesía y a música, aunque para mis debilidades no sea sencillo definir el concepto ritmo en la poesía, cosa que no voy a intentar ahora para no salirme de este papel ligero. Unas notas sí, eso sí, y que comienzo con las reverberaciones (y algún eco) de GR, desde su abejorro, a saber «soy animal de oreja, porque así se me dio la palabra», y desde esas sus teclas «vibración, ventolera, zumbido, urdimbre» que sin explicar nada explican todo. A ello añadiré yo mis propias teclas, con las que toco mi intuitiva música, también sin explicar nada o sin más pretensión que producir mi particular sonoridad, aunque sólo fuera como mi placer solitario; se trata, en primer lugar, de intangibles como «fluidez de río, marcha acompasada militar, resonancia interna o eco, reiteración regular o irregular de fuertes y débiles...», y de tangibles como «signos ortográficos, espacios, cortes, cambios de línea o barras, acentuaciones, o sus ausencias...» e incluso de «el orden u organizado desorden de las palabras en el verso o a través de los versos...». Y supongo que etcétera, para cuando le llegue el momento y termine mi periodo de aprendizaje, es decir, nunca. Un poeta me contestó una vez que el ritmo es la respiración; yo creo que es una idea interesante, pero no precisa, pues creo que el ritmo «se siente» en una lectura afortunada, pero «no es». Tal vez el ritmo sea, básicamente, la síntesis o intersticio que reúne la fluidez con el significado. (Por cierto, eso del zumbido reconozco que me desarma.)

En cuanto a la plasticidad, no creo que haya imaginación que no «vea» cuando lee, salvo en el caso del lector torpe que se pierde sin entender nada o casi nada; y aún así, seguro que algo se le ocurre. Claro que desde la poesía más abstracta hasta la más concreta, desde las metáforas de verdad hasta las de los juegos florales, la imaginación se encuentra desde la muy apurada en su trabajo a la de sudar cada vez menos tinta. O sea, también estimo que hay poemas filmables.

Juan Manuel Roca: Hay una sintaxis cinematográfica.

Gonzalo Rojas: Sí señor. Y también funciona la oreja, y esa oreja, tal vez tenga que ver con mis lecturas de la clasicidad áurea, griegos, romanos, porque en mis tiempos se estudiaban esos idiomas y yo aprendí temprano a oír a los griegos con mi oreja y a los romanos y a los clásicos de la clasicidad española, me refiero a esos 150 años que se llaman “Siglo de oro”. Si tú miras eso, ves a Garcilaso, por ahí anda Quevedo.

XLB: Lamento no tener una extensa cultura de esos 150 años. ¡Ay, el escurridizo tiempo!... En el ínterin me he leído un par de poemas y decido reflexionar sobre eso de la sintaxis cinematográfica, a lo que cuesta llegar. ¿Sucesión de imágenes en el poema o formato guión? Seguro que lo primero, en mi aventura buscadora de coherencia.

Juan Manuel Roca: Eso es muy interesante porque de pronto sea una yunta entre esa cosa clásica y de pronto también cierto carácter surreal que uno encuentra común a tus coetáneos de Mandrágora, por ejemplo.

Gonzalo Rojas: Claro, solo que la Mandrágora o mis oficiantes, mis amigos de la Mandrágora de los cuales tengo buen recuerdo en algún sentido, en otro no, ellos no eran atentos al lenguaje. La poesía, tú lo sabes de sobra como poeta, se hace de visiones y con lenguaje, y ellos descuidaban el lenguaje, entonces montaban los vocablos así y asá, sacrificándolo todo al predominio de la imagen, pero no operaba en ellos la ritmicidad que es una operación fisiológica de fundamento, yo no soy un poeta metafísico, soy un poeta fisiológico, a mí me funciona eso del respiro, el corte del aire. ¡Eso!

XLB: Lección 1, sencilla de entender: «La poesía se hace de visiones y con lenguaje». De ahí, la importancia de las visiones (de nuevo la pintura o el cine) y —¡cómo evitarlo!— del lenguaje. Lección 2, ya no tan sencilla pero lección: «la ritmicidad es una operación fisiológica de fundamento, yo no soy un poeta metafísico, soy un poeta fisiológico, a mí me funciona eso del respiro, el corte del aire. ¡Eso!.» Ante la duda, permaneceré mudo y quedaré como los dioses.

Juan Manuel Roca: Y ahora que hablas del lenguaje, me venía a la memoria una frase de ese viejo anarquista Henry David Thoreau. Thoreau decía una cosa muy bella a mi entender y es que la poesía es la salud del lenguaje.

Gonzalo Rojas: ¡Qué bonito! es una maravilla, qué bien dicho está eso. ¿Eh?

XLB: Modestamente tomo nota y a continuación lo confirmo. ¿Qué fácil esta vez el comentario!

Juan Manuel Roca: De alguna manera, ¿la reciente poesía latinoamericana gozará de buena salud del lenguaje?

Gonzalo Rojas: No, no, esa es la inoperancia. En mi país, y en buena medida yo puedo responderte del estado de cosas de la poesía de mi país, que tiene una parca y estricta tradición y firme y bella. En mi país hay un descuido del lenguaje, no hay un desvelo por la palabra, ese es el déficit. Entonces ellos dicen “hay que escribir como se habla”. Cuidado que cuando se habla, también opera allí la vibración, llamada ritmo o ritmicidad. Sino léete al Rulfo que no escribió ni un verso y sin embargo ahí anda todo el murmullo, el lenguaje insondable del murmullo, ¿Mm?

XLB: Las modas, de todo tipo, se agotan enseguida con el tiempo; es lo bueno y lo malo de las modas. Es su propia contradicción interna e insalvable, su esencia, para eso es para lo que están hechas, para pasar de moda; en caso contrario no serían modas. La moda es asunto de mercadeo y no veo qué puede ofrecer o qué ventaja tiene para la poesía, a la que me gusta denominar el espacio-tiempo de la libertad. O territorio al margen del tiempo, en el que el único dogma es que no hay dogmas. Por eso tampoco entiendo demasiado bien los movimientos de grupo, sean locales o universales [por cierto, lo de locales sobraría porque ¿hay poesía a considerar que sea no universal], o si acaso como un divertimento pasajero, como también en el caso de la Mandrágora productor de aquellos simples recuerdos buenos de GR y, a la larga, otros no tan buenos y más duraderos.

Y otra nueva lección, la del «lenguaje insondable del murmullo». De nuevo tomo nota.

Juan Manuel Roca: Uno encuentra ese lenguaje de cosa hablada y además escuchada por él ¿no? Cuando Dennis Levertov dice que escribir es escuchar, de alguna manera uno sabe que el gran escucha es Rulfo.

Gonzalo Rojas: ¡El gran escucha! Él se quedó oyendo a sus paisanos de Jalisco, y por ahí descubrió el gran juego de la escritura mayor y de la palabra.

XLB: Sí, escuchar «el lenguaje insondable del murmullo». Y, eso pienso, el haber escuchado antes otros varios lenguajes sondables.

Juan Manuel Roca: Para continuar encabalgando con esta pregunta, dentro de esa tradición de narradores líricos, de narradores poetas que hay en América Latina, piensa uno en Guimarâes Rosa, en Rulfo. ¿Tú crees que ese voltaje poético que tienen esos narradores sea lo que los haga quizá más consistentes en sus obras?

Gonzalo Rojas: En cuanto al relato, yo creo. Estoy de acuerdo con esa conjetura o alcance tuyo, me parece muy pertinente y es así. Porque uno se queda oyendo a su Rulfo, hay un eco rulfiano. De uno u otro modo, todos somos rulfianos en esta América, así como se decía antes que todos éramos darianos.

XLB: Juan Manuel, me gusta mucho eso de voltaje poético. Por otro lado, me parece fuertemente gravitatorio que la literatura digna de tal nombre no puede prescindir de tal voltaje, incluida la prosa más prosa que uno se pueda imaginar e incluidos todos los estilos. Cualquier otra cosa no es más que ramplón reportaje o documental o descripción o historia… o crítica o academia desprovistas de elegancia. Todos rulfianos, pues.

Juan Manuel Roca: Hay una cosa que quería preguntarte y es cómo, al unísono con la historia, ocurren algunos poemas tuyos, el poema aquel del helicóptero, esa zozobra que hay alrededor de hechos tan terribles como los de Chile del año 73, y elementos posteriores de nuestra historia. ¿Cómo hace el poeta para que esa cosa historicista o sociologizante no impida que la materia poética se haga real, es decir, esa vigilancia que hay en tu poesía, Gonzalo, para que lo histórico, lo social, no tenga una carga tan fuerte que elimine la poesía?

Gonzalo Rojas: Te entiendo. Creo que te entiendo porque el riesgo se da en ese trato con lo histórico, con el proceso de los hechos inmediatos y no tan inmediatos a veces, que se llama lo histórico. Eso podría llevarlo a uno a hacer una literatura, cómo se dirá, absurdamente esquemática, sectaria también, que es un riesgo muy grande.

XLB: Esta pregunta de JMR es de las que elevan el concepto que uno tiene del entrevistador abstracto, tantas veces banal, es decir, esterilizante. Esa pregunta: ¿… esa vigilancia que hay en tu poesía, Gonzalo, para que lo histórico, lo social, no tenga una carga tan fuerte que elimine la poesía?, esa pregunta es una joya. Efectivamente estamos ante una de las contradicciones esenciales —estuve tentado a decirlo en singular— del poeta que no renuncia a ser ciudadano. Yo mismo ando buscando lo que entiendo como «esencia poética», de la que sin duda es GR uno de los mejores representante, y lo que yo entiendo está bien lejos del día a día político e, incluso aunque no tanto, del social, como también lo está de la poesía floral. ¿Estarán en el buceo por el océano de la condición humana y la subsiguiente representación con la ayuda insustituible de metáforas, los objetivos de esa «esencia poética»? Por otro lado, también cabe preguntarse si la renuncia a ser ciudadano es realista o si caben dos vidas paralelas en el poeta. La duda surge porque cada uno procede de un lugar y un tiempo concretos y, por ello, con una cultura concreta a partir de los propios genes también concretos. ¿Qué me inclino a creer? Que el poeta tiene que hacer su trabajo lo mejor posible y el objetivo de su trabajo está en lo que no hacen todos los demás, de igual manera que ocurre con todos los demás trabajos. La labor del poeta está, pues, en lo que no hacen los trabajadores de la política, la religión, la empresa, el conocimiento, etc. Todos tenemos dos vidas paralelas, la íntima y la social y la poesía forma parte de la primera… Los riesgos de mezclar las cosas ya los anuncia el maestro Rojas en su respuesta; y la historia ya nos lo demuestra, pero la tentación es la tentación, como nos anunció con tiempo el bueno de Oscar Wilde. Aún así, reconozco que aquella famosa impertinente afirmación de Adorno —escribir poesía después de Auschwitz es barbarie— sigue siendo buena para profundizar en la respuesta, a pesar de que poetas como Celan ["... atravesar las mil espesas tinieblas de un discurso homicida"], Gelman ["Cuando el dolor se parece a un país / se parece a mi país"] y tantos otros hayan dado la respuesta correcta.

Juan Manuel Roca: Esa cosa ideologizante...

Gonzalo Rojas: Ay, qué fastidio. Por ejemplo, pusiste ese textico, llamado El helicóptero. Claro, el helicóptero aparece pero zumbando también, zumbando dentro del episodio sangriento de esos pobres muchachos destrozados, reventados. Y yo creo y no sé si me excedo, en mi propia valoración, al decir esa palabra difícil, no soy un poeta... se me va la palabra...

XLB: Trasluce un deje leve de arrepentimiento o insatisfacción en la palabra de GR aunque en el poema permanezca el estilo propio, su estilo, y, a la vez, la solución con su sagrada palabra zumbido.

El helicóptero

Ahí anda de nuevo el helicóptero dándole vueltas y vueltas a la casa,
horas y horas, no para nunca
el asedio, ahí anda
todavía entre las nubes el moscardón con esa orden
de lo alto gira que gira olfateándonos
hasta la muerte.

Lo indaga todo desde arriba, lo escruta todo hasta el polvo con sus antenas
minuciosas, apunta el nombre de cada uno, el instante
que entramos a la habitación, los pasos
en lo más oscuro del pensamiento, tira la red,
la recoge con los pescados aleteantes, nos paraliza.

Máquina carnicera cuyos élitros nos persiguen hasta después
que caemos, máquina sucia,
madre de los cuervos delatores, no hay abismo
comparable a esa patria hueca, a este asco
del cielo con este cóndor venenoso, a este asco de aire
apestado por el zumbido del miedo, a este asco
de vivir así en la trampa
de este tableteo de lata, entre lo turbio
del ruido y lo viscoso.

Juan Manuel Roca: Panfletario.

Gonzalo Rojas: ¡Voilá! No me funciona el panfleto porque me parece que es el desvalimiento máximo, es un esquema, en ese caso me leo un periódico, me leo un informe clínico.

XLB: Ahí está la idea clara de GR, aunque respecto del mismo El helicóptero sea una exageración hablar de panfleto y de desvalimiento: Pero para otros casos, tal vez no tanto del propio Rojas, sí nos valga.

Juan Manuel Roca: ¿O sea que de alguna manera pensarías que una verdad mal dicha se vuelve fácilmente mentira?

Gonzalo Rojas: Muy fácilmente mentira, mentira en cuanto al oficio poético que sin duda tiene como referencia lo llamado real, pero es transreal y no es, ¿cómo se diría?, sí, creo que esa es la palabra, existe, se puede usar transreal. ¡Transfiguración! No es una figuración, es una transfiguración de la realidad. Hermoso lo que tú me preguntas y tiene sus conjeturas, ¿no?, porque si una poesía es esquemática, vuelta panfleto, sin duda la muestra es de poca gracia, es inconsistente, es un dato, lo que pasará seguro. Lo esencial de la poesía es que ella perdura y no tiene impaciencia en señalar un hecho que se demora, ahora que te digo y excúsame que me tome la palabra sin pregunta tuya, yo estoy por la demora, por la mora y la demora, me fastidia la prisa, tal vez sea impaciente por fuera, pero soy infinitamente paciente por dentro.

XLB: Una vez más las preguntas son inteligentes y las respuestas salvadoras: «mentira en cuanto al oficio poético» o «Lo esencial de la poesía es que ella perdura y no tiene impaciencia en señalar un hecho que se demora». Está dicho mucho acerca de la mentira en la poesía, mentira que puede ser por exceso o por defecto, por activa o por pasiva, por parcial o por tergiversación, por sacarla fuera del contexto,… ¿Cómo se puede mentir, me pregunto, cuando se habla desde y sobre lo íntimo? Y ¿para qué? No hablaba de poesía Hemingway cuando dijo: «Mi idea de carrera es nunca escribir una línea falsa, nunca fingir, nunca mentir, nunca dejarme arrastrar por los movimientos del momento, y darles en cada libro tanta literatura como cualquier hijo de puta haya podido meter en el mismo número de palabras», pero también para la poesía me vale. Y ahora me sacude la cabeza aquella certera frase de Jean Cocteau: "Los poetas son seres mentirosos que dicen siempre la verdad".

PD: Espero contribuir de nuevo a la divulgación, por su interés, de la entrevista original, a destacar la magia de la poesía y a desear la publicación de la tercera y última parte de la entrevista, que llegará en la actualización de 1 de julio, Xoán

p class="centrado">Xoán A. Leiceaga Baltar, Junio de 2010