Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Reflexión

La letra D

  1. Dalembert, Louis-Philippe (Puerto Príncipe, Haiti, 1962)
    (Premio García Lorca de Poesía 2009): Seres que tienen que sobreponerse a lo que respiran.
  2. Dalla, Lucio (Bolonia, Italia, 1943)
    Dejando de lado la edad, lo que a mí me hace sentirme vivo es cambiar continuamente. Si uno es joven pero no cambia nunca, termina siendo más viejo que los viejos. Leonardo da Vinci se fue haciendo con los años más extraño, más complejo, más interesante. El artista debe mantener una relación estrecha con la vida, una relación física y creativa.
  3. D'Almeida, Fernando (Camerún, 1955)
    TQué otra cosa hacer que decir aún / lo que ha sido dicho y redicho.
  4. Daniel, Arnaut (Dordoña, Francia, ~1150-1200)
    (Trovador): Yo soy Arnaut que amontona el viento / y caza la liebre con el buey / y nada contra corriente.
  5. Darwin, Charles R. (Shrewsbury, England, 1809-1882)
    "La incredulidad se fue introduciendo subrepticiamente en mí a un ritmo muy lento, pero al final acabó siendo total".
  6. Darwix, Mahmud (Al-Birwa, Galilea-Israel-, 1941)
    Sé digno del olor del pan. / Sabe estar / con las flores de las cunetas, / pues el horno de tu madre aún arde.
  7. Daudet, Alphonse, Pedro (Nimes, Francia, 1840-1897)
    (Poeta, precoz suicida): La obra que se lleva dentro siempre parece más bella que la que se ha hecho. ¡Cuántas cosas se pierden en el breve viaje de la cabeza a la mano!.
  8. Dávila Andrade, César (Cuenca, Ecuador, 1919-1967)
    Esta tierra muerde a sus hijos... / Esta tierra nos siembra vivos.
  9. Dawkins, Richard (Nairobi, Kenya, 1941)
    ('El espejismo de Dios'): Mala práctica de enseñar a los niños que la fe en sí misma es una virtud. La fe es un mal porque no requiere justificación y no tolera los argumentos. La fe puede ser muy peligrosa e implantarla deliberadamente en la vulnerable inocencia de un niño es un error de extrema gravedad.
  10. DeLillo, Don (Nueva York, EEUU, 1936)
    (Escritor): ... hela ahí [mi obra], al fondo, agazapada, pidiendo que alguien la entienda y logre trascenderla. Y nosotros, los seres humanos, nosotros, los escritores, somos tan ingenuos que creemos que lo podemos conseguir.

Reflexión 2

ENTREVISTA de J. M. ROCA a G. ROJAS, con mis COMENTARIOS

Parte I de III

Entrevista completa realizada por el poeta Juan Manuel Roca (Colombia) al poeta Gonzalo Rojas (Chile), publicada en la revista Prometeo (Festival Internacional de Poesía, Medellín 2003) y, ahora, con atrevidos comentarios míos.

DEFENSA de la RE–NIÑEZ

Por Juan Manuel Roca

Gonzalo Rojas

Juan Manuel Roca (Medellín, 1946) es poeta y narrador, uno de los poetas más leídos en Colombia, con gran recepción en España y Latinoamérica. Entre los atributos de su poesía sobresalen su declarada obsesión con el lenguaje y la imagen poética de profundas resonancias oníricas, así como la ironía y el sarcasmo; el humor en la obra de Roca antes que un recurso estilístico o literario, es un camino útil para enfrentar las exigencias opresivas de la realidad y resquebrajar las falsas solemnidades del poder y la gloria. En varias entrevistas Juan Manuel Roca se ha reconocido en la tradición latinoamericana que representan César Vallejo y Juan Rulfo. A su vez, Roca es un fiel exponente de la poesía surgida en el Romanticismo Alemán, que luego explorarían los surrealistas franceses, con sus antecesores a la cabeza: Lautréamont y Rimbaud. En relación con la poesía colombiana, se reconoce en la obra poética de José Asunción Silva, Aurelio Arturo, Luis Vidales (tío materno), Carlos Obregón, Héctor Rojas Herazo y Fernando Charry Lara. Los críticos lo ubican dentro de lo que se ha denominado como la Generación Desencantada (diverso grupo de poetas nacidos en los años 40, que publicaron sus primeras obras en los años 70, sin credo estético común), de la que hacen parte también María Mercedes Carranza, Darío Jaramillo Agudelo, Harold Alvarado Tenorio, Jaime García Maffla, entre otros.

La animada presencia del poeta chileno Gonzalo Rojas en el XIII Festival Internacional de Poesía de Medellín-2003 que organiza PROMETEO, dejó una caja de resonancias poéticas, heréticas y punzantes. Su voz sonora, vibrante. Su andadura por el mundo sin dobleces morales ni estéticas, es un testimonio de fidelidad a los demás y a sí mismo, a sus otros y a nosotros. El Cuaderno que reunimos, la entrevista filmada en la que hizo de entrevistador el poeta Juan Manuel Roca, desgrabada y luego grabada en caracteres para su impresión, el lúcido y penetrante ensayo del también poeta y también chileno Eduardo Llanos Melussa con el autor de “La Miseria del Hombre”, más una muestra de su poesía, configuran un gozoso homenaje a uno de los más notables poetas vivos de América Latina.

Juan Manuel Roca: A cada tanto la expresión de Hölderlin, para qué la poesía en tiempos sombríos, se pone de manifiesto. A mí eso me parece un tanto inocente o descontextualizado en el sentido de que si no hubiera poesía en los tiempos sombríos nunca hubiera habido poesía.

Gonzalo Rojas: Por supuesto, muy buena conjetura, y es justa ¿no?

XLB: Me parece tan extraña la proposición de Hölderlin que me la imagino como algo sacado fuera de contexto. Extraña por al menos dos razones: una, que los tiempos sombríos son todos, unos más que otros, eso sí, pero todos oscuros; y dos, que precisamente la poesía es un alimento tanto más necesario cuanto más sombríos son los tiempos. Claro que también existe la poesía festiva o floral, pero…

Juan Manuel Roca: Y entonces recuerdo una expresión de Flaubert que dice que el arte, como el dios de los judíos, se alimenta de holocaustos, que me parece mucho más justa. ¿Qué piensas Gonzalo de esa dicotomía, de esa doble opción?

Gonzalo Rojas: Claro, la idea de Hölderlin es estimable, una bella idea como otras que él propuso, como aquella en que habló de la palabra, ¿te acuerdas? para esto le fue dada al hombre la palabra, -dice Hölderlin- para que dé testimonio de lo que él es. Está bien, es un buen pensamiento frente al oficio mayor que es el oficio poético, pero me gusta más el segundo aserto porque de holocausto realmente se va haciendo el hombre también, la historia también, y hasta la libertad se hace de holocausto, de sacrificio. A todos los éxtasis, tal vez prefiramos el sacrificio. ¿No? Y no estoy hablando de esa suciedad de la droga. ¡No!

XLB: Coincido, pues, en que la expresión de Flaubert es adecuada y más adecuada que la anterior de Hölderlin; en cambio, la segunda de Hölderlin que indica GR es perfecta. Como es perfecta aquella otra, también suya, que reza: "Lo que permanece lo fundan los poetas". GR es poeta cuando respira y cuando duerme, cuando habla y cuando escribe, tiene una palabra que vuela permanentemente por encima de nosotros y, de él mismo, destacaré esa larga frase inspirada: «de holocausto realmente se va haciendo el hombre también, la historia también, y hasta la libertad se hace de holocausto, de sacrificio. A todos los éxtasis, tal vez prefiramos el sacrificio».

Juan Manuel Roca: Coincidencialmente se emparenta con una expresión de Simone Weil que dice que hay una relación muy estrecha entre la verdad y la derrota. La poesía, que me parece que asume esas dos instancias: la de la verdad estética por un lado y la de la derrota, ¿no estaría de alguna manera cada vez navegando en la orilla de la derrota, en el sentido de que la palabra parecería no ser lo suficientemente poderosa?

Gonzalo Rojas:…Me encanta, me encanta esa idea, porque la verdad es que no alcanzamos a decir, seamos serios, como decía Huidobro con su chispa y con su humor y con su gracia: seamos serios. La poesía es una apuesta, ¿no?, y como es una apuesta corre todos los riesgos y tal vez como el amor, y perdónenme que yo señale al amor junto a la poesía, puesto que no están juntos siempre. No se trata como diría Octavio Paz hablando del amor, “la dialéctica del amor” no, esa es mucha palabra. Yo más bien estoy por la peripecia del perdedor. ¿Me entiendes esa escala del amor? Porque ¿cuándo no se pierde? esa es la pregunta. Pierde la mujer, pierde el hombre, se pierde ese fulgor del instante, el relámpago del amor. También es el caso de la poesía que no alcanza. Personalmente yo estoy en ese juego, no me atrevería a decir la línea de Juan de Yepes “volé tan alto, que le di a la casa alcance”. Yo no volé tan alto, tan alto y no le di a la casa alcance. Seré un aprendiz y eso no tiene remedio.

XLB: JMR dice un par de cosas muy inteligentes, una es sacar a colación la frase durísima y universal de Simone Weil y otra transmutarla a la poesía. Lo que no veo tan claro es que la consecuencia sea que la palabra no es suficientemente poderosa. Yo creo que es muy poderosa, porque la palabra del poeta dice la verdad y la verdad asusta y de tumbarla para que no se extienda bien que se encargan los que detentan los tres poderes, ruines y aliados (político, religioso y militar). En cuanto a GR hace la pregunta clave: «¿Cuándo no se pierde?», une la poesía con el amor pero nos avisa de que no siempre viven juntos y define con esa frase maravillosa de «la peripecia del perdedor» (de nuevo el poeta).

Juan Manuel Roca: O sea Gonzalo que ¿de alguna manera al poeta lo seduce más Ícaro cayendo que Ícaro en ascenso?

Gonzalo Rojas: Sí, porque el Ícaro en ascenso no funciona. El gran Ícaro es el otro, el que se rompe la nariz y a la vez la salva. Es que ese es el juego, ese es el juego de estas bravas apuestas que son la poesía y el amor y la imaginación misma.

XLB: JMR y GR, yo sería un poco más contundente o, más bien, me gustaría ser capaz de eso y lástima que no pueda. Algo así como «al poeta lo succiona más Ícaro cayendo… porque Ícaro en ascenso simplemente no es interesante». Tal vez sea que el triunfador está obligado a mentir y el poeta no se puede permitir el lujo de mentir. De todos modos, al respecto me quedo con tres sencillos versos de otro gran poeta, Claudio Rodríguez (Zamora, 1934-1999): "Qué mirada / oscura viendo cosas / tan claras".

Juan Manuel Roca: Podría decirse un poco que el poeta es una especie de Sísifo, en la medida en que asciende y vuelve a descender con la piedra para verla caer nuevamente.

Gonzalo Rojas: Y somos una metamorfosis. El ejercicio poético, para mí es una metamorfosis, pero de lo mismo, aunque parezca irrisorio. Hasta anda por ahí un libro mío que se publicó en España, con ese designio genérico Metamorfosis de lo mismo, porque es una mudanza, la metamorfosis implica una mudanza porque es una muda, se transforma todo eso, pero se muda en una especie de...

XLB6: En vista de la referencia a Sísifo, el representante de los más inútiles esfuerzos, para mí asimismo oportuna, se me ocurren dos reconocimientos; uno, que los griegos nos abrieron las puertas de casi todo con sus mitos tan realistas, y otra que una vez más Oscar Wilde estuvo certero y universal cuando dijo aquello de que «la poesía forma parte de la inutilidad, como el amor».

Juan Manuel Roca: Sísifo, ¿no?

Gonzalo Rojas: Sí, sí, sí. Y no es cosa de que sea un pesimista, un desamparado, un desollado siempre, ¿no? Porque hay plazos en los que uno es un desollado y otros plazos en los que no es tan desollado, eso funciona. Hay, ¿cómo se diría...?, el encantamiento y el desollamiento. A mí me pasa, no sé si a ti.

XLB: Sí, sí, sí. El encantamiento de la subida y el desollamiento de la bajada. Al final ¿con qué nos quedamos? ¿Ícaro, el perdedor inconformista, o Sísifo, el resignado a la cadena… o ambos?

Juan Manuel Roca: Otra cosa Gonzalo de la que quería que habláramos un poco es, digamos que tú no te prodigas en libros, hay libros muy espaciados, entre uno y otro hay unos grandes silencios, unos paréntesis de silencios que sin duda inquietan a quienes leen esos datos, porque la pregunta siempre lo ronda a uno: ¿por qué esos silencios?

Gonzalo Rojas: Sí, es cierto, yo fui sigiloso, con silencio, sobre todo los primeros plazos de mi tarea poética, que nunca hice tan mía. Realmente yo viví poéticamente, pero no escribí tanto. El primer libro por ejemplo se registra el año 46 del siglo anterior, imagínate y pasaron dos años en los que ni siquiera se editó, pese a que me había ganado el premio y consistía en la edición, pero no me lo dieron, entonces yo pagué unas humildes letras, te quería decir que cada mes yo iba pagando $140 pesos, no me acuerdo cuánto y costeé mi propia primera edición del libro, La Miseria del Hombre, y es una especie de cantera de mi poesía, a la que estoy volviendo siempre.

Bueno, entonces en el 48 se publica el libro; 16 años después, eso quiere decir en el 64, viene a publicarse el segundo libro que se llama Contra la muerte; 13 años después en Caracas viene a publicarse el tercer libro, que se llama Oscuro y después, espaciadamente pero no tanto, se fueron publicando otros libros. En España, por ahí empezaron los españoles a considerar un poco más mi trabajo y empezaron a publicar papeles míos, editoriales primero pequeñas y después el Fondo de Cultura, ya en el 77 entiendo, Jaime García Terrés, que era gerente del Fondo y buen poeta él mismo, me publicó y podría decirse que me lanzó al espacio mayor, pero entonces los españoles y los mexicanos me dieron la opción de salir más al aire, o le dieron a mi ejercicio esa opción y claro después se han ido publicando. No creas, hay 28 ya en el papel, se han ido juntando.

Ahora el modo como yo trabajo si es raro, es curioso y es ¿cómo se dirá? objetable porque como no le creo mucho, o casi nada a la linealidad de un libro, tras un libro, tras un libro. En cambio creo que la visión del mundo sí la he registrado desde muchacho, ¿no? y tal vez el lenguaje no ha variado gran cosa, algo habrá mejorado en cuanto a poda sobre todo, que es tan decisivo en poesía, uno tiende al derramamiento, a cierta elocuencia, a cierto énfasis en los primeros papeles y después va abreviando, cortando.

Entonces, eso te cuento pues, que es cierto que he escrito pero he escrito poco. Te cuento esto para que te rías algo, o se rían quienes nos van a leer. Años 60. Yo estoy en un hotel de un pueblo de Chile, porque había tenido que hacer una faena literaria junto con muchos compañeros y está también Neruda, que ya entonces era un pequeño dios como diría Huidobro, y había un abogado muy agudo y muy gracioso que quería tirarnos la lengua a Neruda y a mí, pero lo hizo con gracia, con la gracia semi-campesina y le dice a Pablo: “¿Oye y quién es ese Gonzalo Rojas, es un poeta por fin, porque por ahí anda con unos papeles y unos libros?.” “Sí”, dice Neruda con su voz gangosa “es poeta, pero escribe poquito. Y no es malo, pero escribe poquito”. Neruda sabía que ese amigo me iría a contar esto, llega y me lo dice así el amigo abogado: “Mira lo que dice Neruda de ti: que escribes poquito”. “Dile a Pablo” le respondí yo “que él es un genio, pero que escribe demasiadito”.

XLB: Llama la atención, y no la llama, a JMR como a mí, los enormes espacios entre los primeros libros de GR, siendo como es un poeta de tanta calidad; después las cosas con los años vuelven al cauce natural, pero sólo cuando GR ya es un consagrado, en otra demostración del carácter nulamente comercial de la poesía. [Y sólo para mi propio consumo, me hace dirigirme a mí mismo la siguiente pregunta: ¿qué hago yo por este territorio, habiendo comenzado a escribir poesía bien cerca de los 60 y nueve años después con 9 libros a bordo y dos más cercanos? ¿No es para producir sonrojo, quizá incluso vergüenza?] Por otro lado la forma de contar las discrepancias (objetivadas) entre GR y Neruda no deja de ser una anécdota del tipo joya, por su ironía fina y su aguijón suplementario.

Juan Manuel Roca: Pero por ejemplo uno advierte, como bien lo señalas en la respuesta anterior, Gonzalo, que en “La Miseria del Hombre” hay una impronta, digamos una huella que resulta rastreable en los libros posteriores…

Gonzalo Rojas: ¡Ah, claro!

XLB: Pues, claro, y lo dejaré así, en esa incertidumbre, ya que no voy a reconocer jamás, al menos hasta que cambie la suerte, que no he tenido la dicha de leer el tal libro de las miserias.

Juan Manuel Roca: Es decir, que hay una evolución permanente, pero también una involución...

Gonzalo Rojas: ¡Una involución! Eso es así, hijo.

XLB: Que me disculpe JMR, pero eso me parece un lugar común, que en un entrevistador tan inteligente, es sólo comprensible para salir del paso; aunque comprensible pues. Lo digo porque es imposible, incluso absurda por el cansancio y la rutina que evoca, la evolución permanente desprovista de involuciones; en GR, como en cualquier persona que se mueva, a cada evolución le sigue una inevitable involución, signos que son como un matrimonio de los antiguos, pareja inseparable. Y eso sin necesidad de regresar al argumento casi incuestionable de los propios mitos de Ícaro y Sísifo, en los que su ascenso y su consecutivo descenso son evidentes. En realidad, solamente la gente que no se mueve carece de pasado y de futuro, y son como una fotografía sin tradición ni innovación; no hay ahí involución porque no hay evolución. ¿Volvemos al gran Oscar? ¿Permiso? Pues «Hay personas cuya vida consiste en evitar las corrientes de aire», gentes pues sin evolución ni su pareja de descanso.

PD: Espero haber contribuido al indudable interés de la entrevista original, a destacar la magia de la poesía y a desear la publicación de las dos siguientes partes de la entrevista, que llegarán en las actualizaciones de junio y julio, Xoán

p class="centrado">Xoán A. Leiceaga Baltar, Mayo de 2010