Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

Reflexión

Se me ocurrió abrir esta sección, a la que denomino REFLEXIÓN, pensando en disponer de un espacio libre orientado primordialmente a «la Poesía y lo poético», y, al menos en su comienzo, a su sentido, a la valoración de su calidad y a una pizarra de ideas brillantes (ajenas, claro, aquí no hay).

Explico mi concepto y mis convicciones: a) con «al menos en su comienzo» quiero indicar que el propio caminar de la sección puede o debe sugerir o necesitar de nuevos rumbos; b) con el «sentido de la poesía» pretendo indicar que la poesía, con el arte en general y la música muy en particular y que encuentro tan relacionadas, forma parte esencial de la gran oportunidad de encontrar algún sentido al sinsentido de este mundo; c) con «la valoración de su calidad» sugiero la conveniencia de una aproximación, aunque sea sólo orientativa, a la calidad o grupo de las cualidades, a eso tan vaporoso que conduce a reconocer, por ejemplo en el poeta Gamoneda, el nivel de excelencia. Es que la poesía es tan escurridiza, tenue y lábil, que comprendo que necesito ser amparado por otras sensibilidades y otros conocimientos para aprender mejor, lo cual es una opinión que extiendo a vosotros (o nosotros) los lectores, entre otras razones porque yo mismo, esencialmente, soy embriagado lector.

Se me ocurre que, implícitamente, esta oferta se orienta no tanto al profesional, sea escritor o crítico, porque usualmente ya dispone de recursos propios o ajenos —pero al que tampoco se excluye: ¿rigideces, para qué?—, como al que se inicia en este desprovisto terreno o ya padece el vicio; es decir, se dirige de forma bien especial a quien lee, porque creo que lectora y lector son la parte importante del habitat poético, porque sin ellos la poesía sería un robinsón o absurdo islote de único habitante. ¿O no?

Me guía la prudencia para empezar, aunque sea un contrasentido poético, pero sobre todo por aquello de que uno debe ir poco a poco para llegar lejos y por aquello otro de que es preferible ir añadiendo que ir eliminando. Por eso he comenzado en su día por colocar una serie de propuestas sobre el concepto de poesía o sensibilidad poética, alguna de mi propia cosecha pero la mayoría procedentes de reconocidas firmas, y animando a los improbables o a los recalcitrantes lectores de la página a que me envíen sus propuestas, comentarios o sugerencias, a las que siempre trataré de dar respuesta (considerando la paciencia a la que mis limitados propios recursos obligan).

En febrero del 2010, sólo un mes después del inicio de la páginaweb, aunque siempre teniendo en cuenta que el único ambiente que cabe en eella es el poético, he ampliado la reflexión a otros aspectos e iniciado una serie alfabética —que comienza por la A— de reflexiones breves de poetas reconocidos sobre el hecho de escribir, o poemas breves o trozos, o bien máximas, aforismos, sentencias, proverbios, ideas,… En fin, algo así como rebuscar la llave de encender las luces de lo poético.

Reflexión 1

Abecedario de escritores – Letra M

  1. Maalouf, Amín (Beirut, Líbano, 1949)
    (Escritor / 'Identidades asesinas'): Un hombre puede vivir sin adoptar una religión, pero no puede hacerlo sin tener ninguna lengua... Es vocación de la lengua seguir siendo el eje de la identidad cultural, y la diversidad lingüística el eje de toda diversidad.
  2. Maccanti, Arturo (Las Palmas, Islas Canarias, 1934)
    (Poeta): El mejor premio que puede tener el poeta, el escritor, es que el otro se sienta identificado.
  3. Machado, Antonio (Sevilla, España, 1875-1939)
    (Poeta): Con negra llave / el aposentro frío de su tiempo abrirá / desierta cama, y turbio espejo, y corazón vacío.
  4. Madieri, Marisa (Fiume, Italia, 1938-1996)
    (Escritora / Presintiendo su muerte): Quizá un bultito que me he descubierto de nuevo en el pecho, me recuerda la sombra con la que debemos convivir.
  5. Magris, Claudio (Trieste, Italia, 1939)
    (Escritor): ... en cualquier campo podemos hacer poco. Luchamos contra la guerra sabiendo que siempre habrá guerras; contra las enfermedades, sabiendo que de todas formas sucumbiremos; contra la injusticia, sabiendo que no podemos extirparla; pero no por ello es inútil cuidar a un enfermo, impedir matanzas, aliviar miserias y desigualdades.
  6. Maillard, Chantal (Bruselas, Bélgica, residente en España, 1951)
    (Poeta): 1) "El poema es una evidencia que nos asombra". / ('Matar a Platón'): 2) "Un acontecimiento es un olor que espera / que alguien lo respire, / una herida que aguarda encarnarse, / el agua de un torrente / inundando los poros, / una mirada que cruza el aire / y encuentra a alguien que le hace señas / y en la seña, en ella, se reconoce.
  7. Maistre, Xavier de (Saboya Francia, 1763-1852)
    (Escritor y pintor / 'Viaje alrededor de su habitación'): El gran arte de un hombre de genio es saber educar bien a su bestia para que pueda ir sola, mientras que el alma liberada de esta penosa relación, puede elevarse hasta el cielo.
  8. Manganelli, Giorgio (Milán, Italia, 1922-1990)
    (Escritor): He aquí algo que explica por qué estamos tan fatalmente unidos. Porque, yo ínfimo y usted supremo, estamos, perdóneseme, emparentados; es la soledad.
  9. Manguel, Alberto (Buenos Aires, Argentina, 1948)
    (Escritor): Dar un libro a otro lector es decirle: «Este es mi espejo, ojalá sea el tuyo».
  10. Manguel cita a Hokusai, Katsushika (Tokyo, Japón, 1760-1849)
    (Pintor): Desde los 6 años sentí el impulso de dibujar las formas de las cosas. Hacia los 50 expuse una colección de dibujos, pero nada de lo ejecutado antes de los 70 me satisface. Sólo a los 73 pude intuir, siquiera aproximadamente, la verdadera forma y naturaleza de las aves, peces y plantas. Por consiguiente, a los 80 habré hecho grandes progresos, a los 90 habré penetrado en la esencia de todas las cosas, a los 100 habré seguramente ascendido a un estado más alto, indescriptible, y si llego a los 110 años, todo, cada punto y cada línea, vivirá. Invito a quienes vivirán tanto como yo a verificar si cumplo estas promesa.

REFLEXIÓN 2

Como artista, tienes que ser el mejor mentiroso

Yinka Shonibare

Entrevista de Fietta Jarque
Parte II de II

Comentarios de Xoán A. Leiceaga Baltar

En la edición de 5 de febrero de 2011 de Babelia —suplemento sabatino del diario El País— en su sección ARTE / Entrevista, se publica el trabajo de la periodista y crítica de arte Fietta Jarque sobre el artista británico-nigeriano Yinka Shonibare [en adelante YS], con motivo de la exposición El futuro del pasado, una colección de obras suyas en Madrid. La entrevista me ha parecido de sobra interesante como para incluirla en el apartado Reflexión-2 de mi página web; y, como viene siendo habitual en mí, no he resistido la tentación de incluir unos cuantos comentarios, pensados más bien como pretexto para llenar la página con sabores diferentes que como singular aportación. La calidad habitual de las entrevistas no me permitió dejarla de lado, además del prestigio de YS, sus opiniones sobre el arte actual, su doble identidad, el compromiso de los artistas africanos, la consistencia de las preguntas y respuestas y, en especial, la posibilidad de contrastar o trasladar el contenido al entorno de la poesía.

(Información bajada de Internet) Yinka Shonibare (Londres, 1962) nació de padres nigerianos y pasó buena parte de su vida a caballo entre Nigeria e Inglaterra. Esta dualidad cultural y sus consecuencias en cuanto a identidad determinan su trabajo. El arte de Yinka Shonibare se caracteriza por una seducción visual ostentosa y un elemento familiar que resulta de vez en cuando engañoso. Con un sentido reservado del humor y del análisis social. Shonibare desafía las opiniones culturales preestablecidas, y desarma así la imagen estereotipada que tiene occidente de la cultura africana, así como los discursos hegemónicos en torno al género. Su producción, que abarca desde la fotografía y el vídeo, a la escultura y la instalación, se basa a menudo en obras de arte famosas o situaciones históricas del pasado sobre todo del Barroco y de la Inglaterra Victoriana. Las indumentarias que visten los personajes de sus videos e instalaciones están realizadas con textiles similares a los que se fabricaban antiguamente en África remitiendo con ello al pasado colonial.

FJ-7: La preeminencia del arte occidental ha sido total hasta hace pocos años. En 1989 la exposición Les magiciens de la terre marcó un hito, seleccionando expresiones más ligadas a las culturas de continentes como el africano, asiático y latinoamericano. Fue importante para cambiar el punto de vista sobre el arte de estos lugares. Esa exposición aportó una perspectiva no occidental sobre el arte contemporáneo. Antes de eso todo era muy distinto. Fue una exposición muy criticada porque mezclaba artistas tradicionales con otros actuales, como Richard Long, pero en términos de visibilidad del arte no occidental fue absolutamente crucial.

XL-7: En absoluto vengo con la pretensión de hacer una crítica a este artista, entre otras razones porque no lo conozco tanto como para ello, pero debo decir que no entiendo bien esta posición de YS o, si la entiendo, la veo demasiado conservadora. El caso es que esa su frase, en su aparente neutralidad, me puede hacer pensar que está bien instalado en los comerciales tiempos actuales del arte. Siempre hubo artistas (genios y con genio) menos interesados en el comercio que en el desarrollo de su talento, que no trabajaban su obra para que tuviera fácil venta, aunque una vez hecha les gustara que gustara, incluso que se vendiera; y siempre hubo los contrarios, entre otras razones porque cada día uno tiene que comer; y es poco criticable que cada uno tome la decisión que le parezca, siempre que uno no presuma de lo que no es. Pero voy más allá, en tiempos más lejanos el arte lo hacía el pueblo y no era por tanto objeto de consumo; hoy el arte lo hace el especialista de turno para que lo consuma el pueblo. Puedo que esto sugiera una radicalidad por mi parte que no sé si es cierta, pero el caso es que lo admirable para mí es lo que hacían los artistas populares africanos antes de la colonización; sí, ya sé que la rueda esta no tiene marcha atrás, pero... En todo caso, no me creo que una exposición organizada con base occidental se haga para beneficiar al arte ni mucho menos al arte no occidental; tal vez o con seguridad, de ahí salgan beneficiados algunos artistas no occidentales (y, esto seguro, los intermediarios occidentales), pero de ninguna manera el arte ni menos el arte no occidental. Es decir, una parte del arte no occidental (una parte, ojo, no el arte no occidental) pasó a ser visible en occidente, lo cual quiere decir que comenzó a ser absorbido «crucialmente». Conste que me limito a teorizar, no a cuestionar la calidad como artistas de Yinka Shonibare ni la de sus compañeros africanos.

FJ-8: No siempre tuvo tan claras sus ideas este artista. Cuando era estudiante producía un arte muy político. Era la época de la perestroika y cuando yo presenté un trabajo sobre ese tema mi profesor me dijo: «¿Por qué haces algo sobre Rusia, que no es algo que te concierna? ¿Por qué no haces auténtico arte africano?». Me pregunté qué podía significar eso. Pensé que yo no era un africano auténtico sino algo mezclado y descubrí que esa es mi autenticidad. No creo que la gente tenga que optar entre ser moderna o tradicional. No hay necesidad de elegir, se puede ser ambas cosas a la vez.

XL-8: Creo que acierta la articulista cuando afirma que YS no tenía las ideas claras, pues efectivamente lo del «arte político» me hace recordar pasados terribles en mi país pero también en tantas otras dictaduras (fascismos incluidos, claro), incluso algunas consideradas como dictablandas, en los que el arte era también «terrible» de tan panfletario. Pero de lo que no estoy nada seguro (más bien inquieto) es de que las tenga ahora. Entiendo, repito porque ya lo he dicho, que YS se considere un africano mezclado y que esa, le guste o no le guste o le guste más o menos, haya resultado ser su autenticidad; pero no entiendo que eso se traduzca en definirse, a la vez, como moderno y tradicional. Se me ocurre que ser moderno ya implica ser tradicional, porque no tener en cuenta el pasado de cada uno (su tradición) es imposible, al menos sin dejar de ser moderno; y menos a un artista no beber de ella; en el caso de YS bebiendo de dos tradiciones en la proporción que a él le haya tocado. Repaso y pienso, ¡qué pétreo tenía que ser el esfuerzo de YS al intentar hacer arte sobre Rusia!; y más pero no menos, ¡qué rocoso habría tenido que ser para él esfuerzo de intentar hacer arte africano «auténtico»! ¿Qué sería ese arte africano «auténtico»? ¿Arte del pasado africano o arte africano moderno (o contemporáneo)? Dos imposibles para él, que habita en el presente y además no es sino un africano a medias. Por eso me imagino que la recomendación del profesor tendría que haber sido ligera o drásticamente otra; o tampoco lo entiendo.

Por eso, plantear la modernidad de esa forma, y sobre todo en el mundo del arte, me asombra, porque no veo que un artista digno de tal nombre pueda ser otra cosa que contemporáneo (o sea moderno, supongo que con moderno quiere decir contemporáneo). Como yo, ni de muy lejos, tengo conocimientos solventes de los asuntos del pensar, voy a recurrir a la ayuda del filósofo Manuel Cruz (Barcelona, 1950) y, en concreto y para no salirme de la sencillez, a un breve artículo que publicó en el Babelia de 05-02-2011. Manuel Cruz ha escrito que no es fácil ser contemporáneo del presente y ha añadido que no basta con reclamarse de un periodo para estar a la altura del mismo; ambas cosas me las confirma el párrafo anterior de entrevistadora y entrevistado. Sigue Manuel Cruz: Contemporáneo designa una tarea, implica un desafío, el de hacer inteligible el presente... produciendo más pensamiento, dando que pensar, cuestionando lo existente, revelando su contingencia; el reto de explicitar –y decidir– qué queremos hacer con (y en) este mundo. El presente de YS es mestizo y eso le proporciona el privilegio de poder beber de dos fuentes bien diferentes, y lo que quiere hacer en este mundo, según él mismo indica, es hacer arte contemporáneo (y parece que lo hace bien) nutriéndose de sus tradiciones. Y continúa Manuel Cruz: Más fácil es ser contemporáneo del pasado, esos que abrazaban en su momento, con pío entusiasmo, la identificación entre Estado y una determinada confesión religiosa y hoy se suman con el mismo entusiasmo a la crítica a lo que les encanta denominar laicismo trasnochado... y así sucesivamente. Otro dato a favor de YS es que ni se envenena con el odio a su origen mestizo ni a sus causantes, ni tampoco mitifica a ninguna de sus dos tradiciones, lo cual me hace comprender ese aire de libertad que sugieren sus explicaciones. Y finaliza Manuel Cruz: Hay un pasado que se expande y crece adentrándose en el presente, aspirando a ocupar por completo su espacio, tutelando todas sus representaciones. De ese pasado hay que defenderse. O, cuando menos, no queda otra que intentar resistirse a él. Con las modestas armas que nos han sido dadas. Esa es la visión de la política fundamentalista, del arte fundamentalista, de la poesía fundamentalista, si es que a ese tipo de arte o de poesía con cadenas, se las puede considerar arte o poesía; afortunadamente tampoco eso parece ser el caso de Yinka Shonibare.

FJ-9: Y hablando de lo auténtico y lo contaminado, hay algo interesante en el uso de los textiles que utiliza. Lo irónico es que esos estampados, en realidad tienen origen indonesio y fueron industrializados por los holandeses para su venta en África. Se hicieron muy populares, hasta el punto de que hoy se identifican como tradicionales africanos. Es la metáfora perfecta... Me gusta este tipo de juego porque cuando la gente ve estas telas y no conoce su historia, piensa que son originalmente africanas, afirma. Hasta los nacionalistas africanos lo creen y lo toman como símbolo de la pureza de sus culturas, cuando lo que significa es una transacción entre diferentes países. Es imposible hablar de pureza cultural. Los partidos de extrema derecha preconizan esa pureza y rechazan lo que llega de fuera, algo que en el mundo actual, en constante movilidad, es prácticamente imposible de conseguir.

XL-9: Acabo de reencontrarme con el heterodoxo escritor y crítico norteamericano William Gaddis (Nueva York, 1922-1988) en una de sus célebres frases sobre los artistas y el arte: ... convertir al artista en un mono de feria. Esto me lleva a preguntarme (a mí mismo, pues no tengo a nadie a mano), ¿cuántos de los intermediarios del arte y de los reconocidos como artistas están más interesados en el arte que en el negocio del arte?, y, consecuentemente, ¿cuántos de los intermediarios de la literatura y de los reconocidos como escritores están más interesados en los libros que en la venta de sus libros?

Vuelvo a YS. No sé qué puede importar, ya que el objetivo del arte no es la pedagogía, que el público (incluidos los nacionalistas africanos) sepa que no es africano el origen de las telas africanas (incluso, me pregunto, aunque no importe, ¿no es, en absoluto africano?, ¿no es una recreación africana?). Si bien, en cambio, me parece una evidencia resaltar que la cultura africana (las culturas africanas) es impura; pero me parece afortunado decirlo para que los fanáticos de la pureza (es decir, los fanáticos) no vayan a insistir una vez más en la pureza de raza o cultura y sus dramáticas consecuencias, porque a estas alturas de la historia, no creo que exista todavía una cultura no mezclada, y eso en el caso de que alguna vez la haya habido. Por supuesto, esto me vale también para la poesía. La pureza es (y fue) como la perfección, como la felicidad, como el amor, una utopía. Y esto también me vale para la poesía, afortunadamente impura aunque pueda no notarse mucho; pero en realidad todos robamos, unos a otros, del pasado y del presente. O no leemos ni nos comunicarnos, o robar es inevitable, lo que no vale es copiar, ni en el mundo actual ni en otro anterior.

[Antes de seguir, haré un aparte con el mítico Marcel Duchamp. Según F. Calvo Serraller (Babelia, 05-02-2011), fue un artista dotado de inteligencia fuera de lo común, aspecto físico muy atractivo y una hechura moral de dandy antiguo, al que bastó inventarse el arte de ready-made (objetos encontrados) para hacerse un lugar en la historia. Su poder consistía en sentirse prescindible y, por tanto, prescindir de todo. Casi lo logró en vida, pero no se ha librado de la posteridad. En una carta fechada en 1952, MD no dejó títere con cabeza en cuanto al arte contemporáneo. Duchamp compara a los artistas de cualquier edad con los «jugadores de Montecarlo», cuya ciega ruleta recompensa a unos y arruina a los demás; y, a continuación, califica el éxito bajo el único rasero de una aleatoria e infundada adhesión del público, que así rentabiliza provisionalmente un malentendido.

En dicha carta afirma MD: Así ha ocurrido desde que el arte fue arte, pero el asunto se agravó en el siglo XX, con la democratización de la vanguardia, articulada mediante los museos de arte moderno, que metódicamente hacía desaparecer por completo el «perfume original» de una obra, en el caso excepcional de que ésta lo hubiese tenido alguna vez, no restando de ella, en cualquier caso, sino «una nuez seca» clasificada por los historiadores en el capítulo historia del arte. La única salvación es el esoterismo... Haz menos autoanálisis y trabaja con placer sin preocuparte de las opiniones, la tuya o la de los demás.]

Este apunte sobre Marcel Duchamp, un artista mito, y reflejados en el espejo de Calvo Serraller, un crítico mito, hablan por sí mismos y no precisan de comentario, pero que creo que si «me» conviene aclarar que con nada de todo esto me refiero a Shinobare ni a su obra, ni directa ni indirectamente. Lo que hago o intento, a mi escala, no es sino aprovechar cualquiera de los comentarios (de FJ, YS, MD o FCS), para insensatamente intentar una reflexión sensata, acerca del arte y los artistas contemporáneos en general. Y, añado, comparto la visión de Duchamp, un visionario hace casi 60 años; tanto la comparto que, desde el comienzo, me esfuerzo en trabajar por placer (puro y, por supuesto, impuro) y sin preocuparme para nada ni del éxito ni de las opiniones ajenas (puras o impuras, y digo ajenas pero no todas).

FJ-10: Una de las series que presenta en Madrid está basada en el grabado de Goya El sueño de la razón produce monstruos. Sus fotos reconstruyen la escena, pero el personaje central cambia en cada una, representando diversos continentes. Explica: Visualmente encuentro que esa imagen es muy impactante, con mucha fuerza. Tiene un gran poder simbólico al ser un grabado producido en la época de la Ilustración, cuando la ciencia era muy importante, aunque no todo se puede explicar a través de ella. Cuando yo produje esas fotografías era la época en que George Bush empezó a hablar del 'eje del mal', señalando a varios países. Fue además el momento del pulso con Irak. La historia que nos contaron como pretexto a la invasión fue la intención de llevar la democracia a Irak. Históricamente las ideas occidentales de la Ilustración han sido usadas como excusa para colonizar lo que se consideraban pueblos primitivos, así que en esta serie hago referencia a cinco continentes. Lo que he querido decir con este trabajo es que los actos irracionales —la guerra, el asesinato, el genocidio— pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo, no necesariamente en Estados Unidos o en los países más poderosos. Los elementos de ensoñación o fantasía de la imagen de Goya me sirven para esta metáfora.

XL-10: La universalidad es un objetivo inevitable en el arte y buena idea me parece la de los cinco continentes. También en poesía, aun con el problema del idioma, que intentan sortear las traducciones y apenas consiguen a bajo nivel en cuanto al lenguaje, pero que sí se pueden conseguir en cuanto al significado. La ciencia era muy importante es esa época y en todas, pero en el arte no es decisiva y ahí está la poesía, que durante tanto siglos se hizo sin más herramientas que una pluma y un papel; hoy la tecnología ayuda, pues pone a disposición del poeta (y de los demás artistas) un volumen impresionante de información y conocimiento, y a gran velocidad. Pero, ojo, eso no es la esencia sino la circunstancia, y si no hay un poeta detrás del computador, de nada vale éste; el poeta se basta con las neuronas y el corazón, pero es verdad que en las demás artes el conocimiento y la tecnología ayudan mucho más, pero tampoco son la esencia. Seguro que a YS, para sus telas y confecciones, sus estructuras y sus montajes, le resulta muy rentable el uso de la tecnología contemporánea, pero si no hay detrás el cerebro y la sensibilidad de YS jamás se harían; como a un arquitecto, un músico,...

Releo y decido incluir unas correcciones a la timidez del lenguaje de YS, pues llamarle 'pulso' a la invasión de Irak, quizá sea políticamente correcto y quizá sea ese el objetivo del artista, pero me parece muy lejos de la brutal evidencia, una guerra obscena y homicida, y basada o apoyada en la mentira como ocurre en todas las guerras; y los pretextos (no el pretexto) otra sarta de falacias como catedrales que no se creen ni las monjas de clausura. Y decir que las ideas occidentales... han sido usadas como excusa para colonizar lo que se consideraban pueblos primitivos es otra muestra de azoramiento, porque las ideas contaron y cuentan nada o apenas nada, que lo que cuentan son los intereses, en concreto el dominio del otro para hacerse con sus recursos; y lo de llamarles pueblos primitivos no era más que una preparación vergonzosa para justificar los verdaderos pretextos; y las guerras se generan en todas partes, sobre todo las llamadas civiles, pero las guerras de invasión de otros países sólo las generan los poderosos contra el débil y ya sabemos quienes son los poderosos de hoy, con EEUU a la cabeza... Debo reconocer que, como persona, me quedo con Marcel Duchamp y no con los artistas políticamente correctos.

FJ-11: Siempre asoma el lado oscuro del alma en su trabajo, como se expresa también en las series de Willy Loman, basadas en el personaje de Muerte de un viajante, de Arthur Miller. Ahora que España se enfrenta a un nivel de desempleo tan dramático, creo que se comprenderán mejor estas fotografías. La obra de Miller está marcada por la Gran Depresión de 1929, y está basada en las promesas incumplidas del capitalismo. Las fotos tienen como inspiración el Infierno de Dante, de la Divina Comedia, tal como la representó Gustave Doré en sus grabados. Willy Loman baja a los círculos infernales a través de puestas en escena contemporáneas. Los bancos colapsaron, la atmósfera era opresiva. El sistema capitalista que siempre nos habían alabado, el único confiable, falló. Un trabajo icónico literario, que se puede adaptar a estos momentos"..

XL-11: 1) Naturalmente, porque qué sería de un artista sin lado oscuro; si todos lo tenemos de forma natural, en los artistas se hace absolutamente imprescindible. Intento pensarlo pero se me escurre; no soy capaz de concebir un poeta sin lado no ya oscuro, sino oscurísimo. E incluyo en esto a los poetas del pasado, místicos y religiosos (unos más y otros no tanto), como Teresa de Ávila (Si Satanás pudiera amar, dejaría de ser malvado.), Juana Inés de la Cruz (Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis.), Fray Luis de León ("¡Oh deleitosos senos! / ¡Repuestos valles, de mil bienes llenos!.), y otros muchos. 2) No creo, aunque lo lamento mucho, créanme, que las personas que vayan a ver la exposición de YS estén muy preocupadas por el nivel del desempleo en España, ni tampoco que eso contribuya a incrementar su intensidad emotiva al contemplarlas; claro, ya sé, es sólo una manera de hablar. 3) Después de lo que acaba de suceder a escala nunca vista (eso dicen los expertos), en esta crisis sin precedente provocada o consentida por el sistema encargado de preverla y evitarla, me parece sorprendente (inquietante, mejor) considerar que el «sistema capitalista es confiable y el único que lo es»; asumo que los del otro bando (en el caso de que, de hecho, quedara alguno) tampoco lo son por lo que sabemos y aunque lo sepamos precisamente por los medios del sistema capitalista en cuestión.

FJ-12: Son impecables e impactantes puestas en escena, con una estética casi publicitaria. No concibo mi arte en términos de realidad. Es ficción, es una falsificación, una interpretación. Un instrumento teatral es la perfecta manera de representarlo. No hago documentales. Creo que todo es objetivo y falso a la vez, como en las noticias de la televisión. Y la historia supuestamente lo es, dependiendo de quién la escriba. Yo no juego a adoptar un punto de vista objetivo. No intento decir la verdad. Como artista tienes que ser el mejor mentiroso de la sala. La verdad es un artificio, es algo artificial, subraya. Pero sí hay verdades en su obra. Claro, pero la gente se puede vincular mejor con la obra si la ve como un entretenimiento. Con cierto grado de parodia y de humor. También de belleza, de exceso. Y como segunda mirada, descubrir el lado oscuro. Siempre hay cierto grado de violencia escondido"..

XL-12: En esta parte final, debo reconocer que voy de sorpresa en sorpresa. Ahora resulta que no concibe su «arte en términos de realidad» y yo que creía que escuchar a la realidad era la única forma de ser honesto como artista; tal vez es que tenemos un concepto diferente de realidad. El caso es que «ficción e interpretación», pero de la realidad que el artista ve, es justo lo único que se debe hacer, pero lo de «falsificación» ya es más fuerte. Encima coloca al mismo nivel la obra de arte con las noticias de la televisión, lo cual ya me deja completamente descolocado, ya sin poder decir que se trata sólo de «una manera de hablar». Bien está lo de renunciar a un punto de vista objetivo, algo más bien objeto del científico o del historiador e imposible para un artista, pero otra cosa es ese «No intento decir la verdad». No insisto, pero sigo leyendo con asombro, la comparación que hace de su obra con el entretenimiento. En cambio, sí, «Siempre hay cierto grado de violencia escondido», pero después del mal sabor de boca anterior ya no me relaja. Recuerdo, involuntariamente, la frase del escritor húngaro Imre Kertész (usada ya en un anterior Reflexiones-1): Si uno busca el éxito, sólo tiene dos caminos, o lo consigue o no lo consigue, y ambos son igualmente ignominiosos.

FIN

Xoán A. Leiceaga Baltar, Junio de 2011