Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

REFLEXIÓN

Esta sección se me ocurrió para poder disponer de un espacio complementario a OBRA y CALA pero más flexible — abierto a los lectores, p.ej.—, aunque siempre orientado a «la poesía y lo poético», y, más en concreto, a aspectos como su sentido, la valoración de su calidad, las aproximaciones a poetas y poemas y a un amplio continuo de buenas ideas o prácticas, además de reflexiones stricto sensu (muestras de poetas singulares, homenajes, entrevistas, análisis y ensayos sobre otras manifestaciones artísticas, relaciones de frases o versos notables, etc.). Se debe entender que, naturalmente, los conceptos de poesía y poeta son para mí hermanos de magia o mago acerca del arte y el artista, y por ello tienen cómoda acogida en REFLEXIÓN.

[Ver más en VIDA y SAL / SALudo]

Reflexión 1

Abecedario de escritores – Letra F

  1. Falcone, Giovanni (Juez) (Palermo, Italia, 1939-1992)
    1) ('Cosas de la cosa nostra'): «Los hombres de honor no son ni diabólicos ni esquizofrénicos. No matarían a sus madres por unos gramos de heroína. Son hombres como nosotros. La tendencia del mundo occidental y del europeo en particular, consiste en exorcizar el mal proyectándolo sobre etnias y comportamientos que se antojan diferentes a los nuestros. Por contra, si queremos combatir a la Mafia de manera eficiente no debemos transformarla en un monstruo ni pensar que sea un pulpo o un cáncer. Debemos reconocer que se nos parece».
  2. Faulkner, William (Escritor) (New Albany, Misisipi, EEUU, 1897)
    1) (Sobre la gente): «... esa frenética carrera de obstáculos hacia la nada».
    2) (Desigualdad): «... por aquí ya no hay camino, pues para el justo no hay ley».
    3) (Sobre el artista) «Si usted tiene una historia pra escribir y su madre se interpone entre usted y la historia, pues mate a su madre».
  3. Fernández-Galiano, Luis (Arquitecto) (Calatayud, España, 1950)
    1) (Inmadurez): «En este planeta convulso, los líderes de la arquitectura compiten en ceguera con los líderes sociales [y políticos».
    2) (Cita de la historiadora británica Eileen Power) «Lo cierto es que los romanos estaban ciegos ante lo que les estaba sucediendo».
  4. Ferrater, Gabriel (Poeta) (Reus, Tarragona, 1922-1972)
    1) (Entrevista): «¿Que si me parece terrible la realidad? Y la irrealidad, ¿qué?».
    2) (Id.): «"Es verdad que el cuerpo pierde su encanto, pero a mí lo que me ha encantado siempre han sido los otros cuerpos».
    3) (Id.) «Qué lento el mundo, qué lento, qué lenta la pena de las horas que se van aprisa. Dime, ¿te acordarás de esta habitación?».
  5. Ferreira, Vergílio (Escritor) (CMelo, Portugal, 1916-1996)
    1) (Oscuridad): «Escribo para volver visible el misterio de las cosas».
    2) (Intimidad): «Los grandes actos de la vida nunca deben tener público».
    3) (Arte) «Y dije, y dije, yo te bautizo en nombre de la Tierra, de los astros y de la perfección».
  6. Feynman, Richard (Físico) (Nueva York, EEUU, 1918-1988)
    1) (Ciencia): «Puedo vivir con la duda, la incertidumbre y el no saber. Pienso que es mucho más interesante vivir sin saber que tener respuestas que podrían ser erróneas. Tengo respuestas aproximadas, creencias posibles y diferentes grados de certidumbre acerca de diferentes cosas, pero no estoy completamente seguro de nada y hay muchas cosas de las que no sé nada».
    2) (Oscuridad) «Dios fue inventado para explicar el misterio. Dios es siempre inventado para explicar esas cosas que no entiendes. Cuando finalmente descubres la manera en que trabaja algo, obtienes ciertas leyes que estás arrebatando a Dios; no lo necesitas más. Pero lo necesitas para los otros misterios... Dios siempre está asociado a aquellas cosas que no comprendes ».
  7. Figueras, Bet (Arquitecta) (Barcelona, 1957-2010)
    1) (Mañana): «Los jardines sólo se pueden juzgar cuando ha pasado el tiempo. Un edificio se inaugura en su esplendor. A partir de ahí inicia un deterioro progresivo. Pero el buen jardín habla de futuro».
  8. Fitzgerald, Francis Scott (Escritor) (Minnesotta, EEUU, 1896-1940)
    1) (Deterioro): «La vida es un proceso de demolición. A los 18 años las convicciones son montañas desde las que miramos; a los 45 son cavernas en las que nos escondemos».
    2) ('Suave es la noche') «Piensa en cuánto me quieres. No te voy a pedir que me quieras siempre como ahora, pero sí te pido que lo recuerdes. Pase lo que pase siempre quedará en mí algo de lo que soy esta noche».
  9. Fontana Rosa, Roberto (Humorista) (Rosario, Argentina, 1944-2007)
    1) (Lectura cómoda): «Son cosas en las que uno se fija para comprar un libro, que no siempre son estrictamente literarias. Si un libro es muy gordo me intimida. Me parece un abuso de confianza por parte del autor, que tenga que brindarle tanto tiempo. Luego está el tamaño de la letra. Si es muy chiquita el esfuerzo es excesivo. Soy un lector vago. Necesito muchos incentivos para leer. Además tiene que tener blancos, diálogos. Quiero escuchar lo que dicen los protagonistas, no lo que me cuentan que dicen. Que haya aire, espacios de descanso, como en las escaleras. También que los capítulos sean cortos. Cuando descubro que la mano derecha empieza sola a buscar dónde termina el capítulo, es que estoy perdiendo atención. Esto suena como un sacrilegio respecto a la literatura, pero... ».
  10. Fonte Peña, Ramiro (Poeta) (Pontedeume, Galiza, 1957-2008)
    1) ('Poema'): «En un país pequeño, algo lluvioso, / occidental seguro, pues se acuesta / el sol todos los días en el mar, / escribe su historia todos los días el Capitán Invierno».
    2) ('Verso'): «... llueve mucho en los barrios perdedores...».
    3) ('Versos') «No son las grandes decisiones / aquellas que van modificando / el rostro de una vida...».

Reflexión 2

ABECÉ de MUJERES POETAS – Letra F

Forugh Farrojzad

FORUGH FARROJZAD - Vida y poemas

(Teherán, Irán, 1935-1967)

Reflexión 2

Con la primera versión de la sección Reflexión-2, continente y contenido, he procurado ser prudente — limitadamente, en poesía no veo adecuado su exceso— para evitar desorientar a los improbables lectores con cambios seguidos o bruscos. Así, estuve una buena temporada trabajando sobre entrevistas que me llamaban la atención entre personajes de la poesía o del arte en general; después me surgió una especie de euforia —no repentina, por cierto— hacia el maestro poeta Gamoneda, al cual dediqué un gozoso esfuerzo al respecto de su sublime y largo poema Descripción de la mentira. Y ahí sigue estando la doble colección completa de ya más de treinta secciones bajo el botón pulsable de Ir a reflexiones anteriores.

Creí, unos meses atrá, que era el momento de iniciar un nuevo derrotero, esta vez de más larga duración —si el cuerpo aguanta—, y siguiendo una vía semejante a la que viene indicando la sección Reflexión-1, la del abecedario. Por otro lado, mi débil corazón me viene reclamando hace tiempo una complementaria dedicación a la mujer —la mujer poeta— que ayude a suavizar los abundantes defectos históricos y, a la vez, me sirva para reconocer su general valía y sus aportaciones en este campo de la creación. Y, naturalmente, sirva de agradecimiento especial a mis lectoras, que asombrosamente son más de lo que pude pensar.

Esa es la razón de que el 1 de julio de 2012 haya iniciado, como Reflexión-2, el ABECÉ de Mujeres Poetas que espero completar de la A a la Z, siendo mía la selección de autoras y textos. Para cada letra iré buscando lo que entienda más oportuno dentro de lo posible; después de Anna Ajmátova y las siguientes (ver Ir a reflexiones anteriores), espero que la siguiente elección resulte buena (mi preferencia es elegir poetas en español, pero a veces no está en mi mano o me vence otra devoción).

Fuentes: Páginas varias de internet, entre ellas:«http://www.nordient.se/persisk_litteratur/poesi/forough_farrokhzad.html», «http://elpais.com/diario/2004/04/12/cultura.html», «http://ever-enen10.blogspot.com.es.html», «http://islasenlared.net/2006/02/15/un-poema-de-forugh-farrokhad.html», «http://www.literato.es/autor/forugh_farrojzad/».
Selección y comentarios: Xoán A. Leiceaga Baltar

Vida de Forugh Farrojzad

Hablar de poesía persa contemporánea , es hablar de Forugh Farrojzad (Teherán, Irán, 1934-1967), que fue moderna pero no sólo por nacimiento. Su poesía, actualísima, nos llega desde voces de un rico y terrible pasado, arcaicas y plenas de sabiduría y belleza, para armonizar el pudor obligado de la mujer oriental y el grito de la que se reconoce diferente, con la independencia aparente de la mujer occidental y el candor y la agudeza femeninas. Acosada y vilipendiada por sus contemporáneos, admirada y venerada desde su trágica muerte a los 32 años —en un accidente sobre el cual no se llegó a saber si fue casual, provocado o un suicidio—, la figura de Farrojzad ha ido siempre unida a la polémica. Su primer libro, a los 17 años, sacudió aquel ambiente literario hasta el punto de provocar una conmoción social y política, que suscitó o bien apoyo o bien beligerancia, incondicionales.

Nacida en el seno de una familia de clase media cuando Irán se abría a Occidente, bajo el férreo mandato del Sha Reza Palevi, Forugh Farrojzad abandonó la escuela a los 15 años y al poco tiempo la casaron con un pariente 15 años mayor que ella. Farrojzad mantuvo su lucha por la libertad, lo cual conllevó el divorcio de su esposo y la pérdida de la custodia de su hijo, al cual nunca más pudo volver a ver. Su padre la repudió y le impidió volver a la casa familiar; y los periódicos llegaron a publicar listas de amantes. Oigámosla: «¿Qué significa una biografía: pues que uno nace un día y bien, uno es su padre y qué?» Aparte de sus libros, hizo dos películas y generó miles de seguidores. Forugh ha creado su propio dolor y su propio mundo con el cual se expresa: «No estoy de acuerdo con encerrarse en las habitaciones... El mundo solitario abstracto de cada uno debe de ser el resultado de sus viajes ... Mirar para poder ver y para poder elegir». «Mi existencia entera es un verso oscuro». Escribe Forugh el fruto de su experiencia personal, que sale al exterior y vuelve al interior de sí misma: «Con mis poesías no pretendo nada. Más bien, con ellas me encuentro a mí misma».

Para terminar, he aquí una bella definición suya de poesía: «La poesía para mí es una ventana, cada vez que me acerco a ella se abre por su cuenta. Yo me siento allí. Miro. Canto. Grito. Lloro. Me cuelgo a la imagen de los árboles, y sé que al otro lado de la ventana hay un espacio y alguien lo ocupa, alguien que habrá existido hace 300 años o que existirá dentro de 200. No importa. La ventana es un instrumento para relacionarse con la existencia, en su más amplio sentido».

Obra poética de Forugh Farrojzad

Cautiva (1955) / Muro (1956) / Rebelión (1958) / La casa negra (Películal, 1962) / Noche en Teherán (Ed. El Bardo, 2000) / Nuevo nacimiento (1964 / Ed. del Oriente y del Mediterráneo, 2004) / Tengamos fe al comienzo de la estación fría (1966) /

Diez poemas de Forugh Farrojzad

El pájaro era sólo un pájaro

El pájaro era sólo un pájaro
Oh, qué olor, qué brillo del sol dijo el pájaro
La primavera ha llegado
y buscaré alimento.

El pájaro se elevó desde el canto de la baranda
y voló como un mensaje.

El pájaro era pequeño
El pájaro no pensó
El pájaro no leía los diarios
El pájaro no tenía préstamos
El pájaro no conocía a los hombres.

En el cielo
sobre la luz roja
voló el pájaro a través de las alturas de los pensamientos
y experimentó locamente
los momentos del azul celeste.

Oh, el pájaro era sólo un pájaro.

Pecado

He pecado y era un pecado lleno de placer
junto a un cuerpo tembloroso y desmayado
Dios, no sé qué he hecho
en aquel lugar privado, oscuro y silencioso.

En aquel lugar privado, oscuro y silencioso
me fijé en sus ojos llenos de secretos
en mi pecho anhelante temblaba el corazón
por la pasión de sus ojos anhelantes.

En aquel lugar privado, oscuro y silencioso
me senté junto a él desconcertada
sus labios vertieron en los míos el deseo
me libré de la tristeza del corazón desbocado.

Murmuré en su oído la historia del amor
te deseo, oh alma mía
te deseo, abrazo que das vida
a ti, mi loco amante.

Estalló el deseo en llamas de sus ojos
el vino tinto bailó en la copa
mi cuerpo en el suave lecho
sobre su pecho tembló ebrio

He pecado y era un pecado pleno de placer
en un abrazo caricioso y ardiente
he pecado entre unos brazos
cálidos, rencorosos y de hierro.

Regalo

Hablo desde lo profundo de la noche
hablo desde lo más hondo de la oscuridad
desde lo profundo de la noche hablo:

Si a mi casa vienes, mi amor
tráeme una lámpara
y un ventanuco
desde donde pueda mirar
la felicidad que bulle en la calle.

El viento nos llevará

En mi pequeña noche ¡ay!
el viento está citado con las hojas del árbol.
En mi estrecha noche, es amenaza de ruina.

¡Escucha!
¿No oyes el silbante paso de la oscuridad?
Mis miradas son ajenas a la dicha,
vivo apegada a la desesperanza.

¡Escucha!
¿No oyes el silbante paso de la oscuridad?
Algo atraviesa la noche,
la luna es roja y agitada
y se agarra a mi tejado a punto de derrumbarse.
Las nubes, coro de masas de luto,
suspiran ya por la lluvia.

Un instante
y después nada.
Tras la ventana, la noche tiembla
y la tierra va dejando de girar.
Tras la ventana, algo extraño
nos escudriña.

En medio de tanto verdor,
con el ardiente recuerdo pon tus manos
entre mis manos amantes,
y tu cálido corazón en mi vida.
Confía tus labios a mis caricias de labios amantes.

Ese viento nos llevará.
Ese viento nos llevará.

En la oscuridad

En la oscuridad
te llamé.

Todo era silencio y una brisa
que se llevaba la cortina.
En ese cielo apagado
una estrella ardía
una estrella partía
una estrella moría.

Te llamé
te llamé.
Tenía en las manos
mi existencia entera
como un cuenco de leche.
La mirada azul de la luna
chocaba con los cristales.

La canción de la tristeza
ascendía como el humo
de la ciudad de los grillos
como humo por las ventanas
se deslizaba.

Toda la noche allí
en mi pecho
había quien jadeaba
su desesperación
había quien se levanta
quien te desea.
Y su par de manos frías
volvía yo a rechazar.

Toda la noche allí
en las ramas negras
desmoronándose una tristeza
hubo quien se enajenaba
quien te llamaba.
El aire se derrumbaba sobre él
como una ruina.

Mi pequeño árbol
amaba al viento
al errante viento
¿En dónde está la morada del viento?
¿En dónde está la morada del viento?

En las aguas verdes del verano

Más sola que una hoja
con la carga de mis lejanas alegrías
tranquila, lenta, silenciosamente fluyo
en las verdes aguas del verano
hasta la tierra de la muerte
hasta la orilla de las tristezas otoñales.

Me abandoné a una sombra
a la volátil sombra del amor
a la fugaz sombra de la felicidad
a la sombra de lo efímero.

Esas noches en que una brisa perdida da vueltas
por el bajo cielo del corazón doliente
esas noches en que asciende una niebla sangrienta
por las azules callejuelas de mis venas
esas noches en que estamos solos
con los temblores del alma, solos
en el latido del pulso hierve
la sensación de existencia de una existencia doliente.

"En la espera de los valles hay un secreto"
Sobre las aterradoras rocas
de las cumbres montañosas lo grabaron
aquellos que en su línea de caída
vertieron aquella noche en el silencio de los montes
una súplica amarga.

"En el desasosiego de las manos llenas
no está la tranquilidad de las manos vacías
Bello es el silencio de las ruinas"
Esto cantaba una mujer en las aguas
en las aguas verdes del verano
como si en las ruinas viviera.

Nosotros uno a otro con el aliento
nos contaminamos
Contaminados por la pureza de la felicidad
tememos al ulular del viento
palidecemos porque las sombras de la duda
penetran por los jardines de nuestros besos
y en todas las fiestas del palacio de la luz
temblamos de miedo al derrumbamiento.

Ahora tú estás aquí
como el aroma de las acacias abarcando
las callejuelas de la mañana
pesando en mi pecho
ardiente en mis manos
enajenado ardiendo desmayado en mi pelo
Ahora tu estás aquí.

Algo extenso oscuro abundante
algo inquieto como la voz lejana del día
por mis pupilas tristes
gira y se extiende.
Tal vez me recogen de un manantial
Tal vez me cortan de una rama
Tal vez me cierran como una puerta
dejando fuera los instantes futuros
Tal vez...
No veo más.

Brotamos en una tierra llena de maleza
Llovimos en una tierra llena de maleza
Vimos la «nada» en los caminos
montada en su gualdo caballo alado
avanzar como una reina.

¡Ay, qué felices y sosegados somos!
¡Ay, qués melancólicos y apagados somos!
Felices porque amamos
melancólicos porque el amor es una maldición.

La muñeca mecánica

Más que esto, oh, sí, más que esto se puede callar
Largo se puede mirar con una mirada muerta
el humo de un cigarro,
la forma de una taza,
la pálida flor de los diseños de una alfombra,
una línea imaginaria en la pared
Se puede con los dedos secos
correr las cortinas hacia un lado y ver
a una pesada lluvia caer sobre la calle,
a un niño de pie ante una puerta con sus volantes multicolores,
a una carreta marcharse de la plaza vacía con su ruidoso apuro.

Se puede estar ahí
con las cortinas corridas, pero
como sordo y ciego.

Se puede gritar
con una voz falsa y desconocida: Yo amo.
Se puede ser una hermosa y sana hembra
con un cuerpo de piel estirada y lozanos senos,
bajo el abrazo dominante de un macho.
En la cama, se puede ensuciar la virtud del amor con un borracho,
un loco o un vagabundo.
Se puede con astucia despreciar todos los misteriosos enigmas
o solamente descifrar un puzzle y alegrarse del descubrimiento
de una respuesta tonta,
la respuesta sin sentido, sí
como de cinco o seis letras.

Durante toda una vida
se puede yacer de rodillas,
la cabeza gacha, al lado de un frío sarcófago
para poder ver a Dios en la tumba de un desconocido.
Uno se puede convertir en creyente
por causa de una moneda sin valor
o pudrirse en el ábside como un viejo predicador.
Se puede, de igual manera
que los ceros en la suma, o resta o multiplicación,
lograr igual resultado.
Se puede sentir tu ojo en su capullo de ira,
como un pálido botón en un viejo zapato.
Se puede uno secar como el agua en el charco.

La vergüenza puede guardar un momento de belleza
como si una oscura foto oscura tomada rápidamente
y echada al fondo del baúl,
o como colgar el retrato de un ajusticiado, vencido o crucificado,
en el marco hueco del día.
Se pueden cubrir los hoyos de la pared con máscaras
o unirse más todavía a imágenes sin sentido.

Como muñecas mecánicas se puede ver este mundo
con ojos de porcelana
y dormir año tras año, en caja de terciopelo entre peponas y tul,
y el cuerpo relleno de paja.
Se puede, a cada escandaloso mimo,
sin razón alguna gritar: ¡Oh, qué feliz soy!

Murallas fronterizas

Ahora, una vez más en la noche apagada
como plantas crecen
murallas de clausura, murallas fronterizas
para custodiar los campos de mi amor.

Ahora, una vez más rumores de la ciudad
como turbios bancos de peces asustados
emigran de mi oscura orilla.
Ahora, una vez más las ventanas
se abren al gozoso contacto de los perfumes dispersos
ahora los árboles, dormidos en el jardín, se desnudan de su corteza

y la tierra, a través de mil poros
absorbe confusas partículas de luna.

***

Ahora
acércate más
y escucha
los obsesivos latidos del amor
que se propagan
como el tantán de los negros tambores
en el canto tribal de mi cuerpo.

Yo siento
yo sé
cuál es el instante de la oración.
Ahora, las estrellas todas
yacen juntas en el sueño.

Yo, por el refugio de la noche
desde el final de toda brisa corro
en el refugio de la noche
enloquecida me derrumbo
con mis grávidos cabellos en tus manos
y te regalo flores tropicales de esta zona verde y cálida.

Ven conmigo
ven conmigo a esa estrella
no a la estrella que está a mil años
de distancia del peso de la tierra y el engaño en sus formas
donde nadie
tiene miedo de la luz.

Yo, en las islas que flotan en el agua, respiro
yo
en el inmenso cielo busco un fragmento
que esté libre de pensamientos vacíos.

Vuelve conmigo
vuelve conmigo
al inicio de mi cuerpo
al perfumado centro del feto
al instante en que de ti fui creada
vuelve conmigo
de ti estoy incompleta.

Ahora, las palomas
sobre las cimas de mis pechos vuelan
ahora, en los capullos de mis labios
las mariposas de los besos se han sumido prestas a huir
ahora, el mihrab
de mi cuerpo
para la oración del amor está dispuesto.

Vuelve conmigo
soy incapaz de hablar
porque te amo
porque "te amo" es una palabra
que viene del mundo de lo vano
y de lo viejo reiterado
vuelve conmigo
soy incapaz de hablar.

Deja que deposite la carga de la luna en el refugio de la noche
deja que me llene
de pequeñas gotas de lluvia
de tiernos corazones
de formas de niños no nacidos
deja que me llene
tal vez mi amor
sea la cuna para el nuevo Mesías por nacer.

Percepción

En la lamparilla,
la luz se desvanecía.
De repente, la ventana se llenó de noche,
una noche repleta de voces vacías,
una noche contaminada
por una pirámide de alientos envenenados.
La noche...

Yo escuchaba
a la asustada calle oscura;
parecía que alguien aplastaba su corazón
como un podrido volumen.
En la asustada calle oscura,
un astro estalló.
Yo escuchaba...

Borbotones de sangre hinchaban mi pulso
y mi cuerpo...
¡Oh, mi cuerpo se encendía de la tentación de desgarrarse!
Sobre las torcidas líneas del techo,
vi mis ojos
como un pesado escorpión que
se consumía
en la palidez,
en la represión.

Como agua estancada,
me movía lentamente
y me posaba en un hoyo.
Oía,
oía a toda mi vida,
que, como una repulsiva rata en su agujero,
cantaba con descaro
una absurda y desagradable canción.

Un ruido persistente y confuso
recorría los mortales momentos
y se deslizaba sobre la superficie del olvido.

¡Oh, estaba colmada de pasión!
—la pasión de la muerte.
Mis senos sintieron un tremendo dolor
y recordé
el primer día de mi adolescencia,
cuando todo mi cuerpo
se abrió en un inocente asombro
para mezclarse con la confusión, con lo desconocido.
En la lamparilla,
la luz bostezaba
en una vibrante línea.

Renacer

Todo mi ser es una oscura aleya
que se repite y te lleva
a un amanecer de amaneceres,
de floreceres eternos.
En esta aleya
he suspirado, ay,
en esta aleya
te he injertado
al árbol, al agua, al fuego.
La vida quizá es
una larga calle
por la que pasa cada día una mujer con una cesta.
La vida quizá es
la cuerda
con la que un hombre se cuelga de un árbol.
La vida quizá es el niño que vuelve de la escuela.
La vida quizá es
ese cigarrillo que se enciende
en la pausa entre dos abrazos.
O esa mirada absorta del transeúnte
que se quita el sombrero
y saluda: ¡buenos días!
con una sonrisa insignificante.
La vida quizá es
ese instante sin continuidad en que mis ojos
se derrumban en los tuyos ...
y hay aquí un significado
que confundo
con las percepciones de la luna
y de la oscuridad.
En una habitación a la medida
de la soledad,
mi corazón, a la medida del amor,
repasa los pretextos
más sencillos de la dicha;
la belleza de las flores que se marchitan
en la maceta,
en retoño que tú sembraste
en el jardín de esta casa,
el trino de los pájaros
que cantan
a la medida de esta ventana.
Ah, esa es mi parte.
Esa es mi parte, mi parte:
un cielo que se separa de mí
a través de una cortina.
Mi parte
es descender las escaleras gastadas
y unirme a algo
que es corrupción
y es desconocido.
Mi parte
es un paseo nostálgico
por el jardín del recuerdo
y morir en la tristeza
de la voz que me dice:
"Quiero tus manos".
Hundiré en el jardín mis manos,
germinarán, lo sé, lo sé, lo sé,
y las golondrinas pondrán sus huevos
entre mis dedos,
sucios de tinta.
Colgaré de mis orejas dos cerezas
rojas, gemelas,
y pegaré en mis uñas pétalos de dalia.
Hay un callejón donde los chicos
que me amaron hace tiempo,
con los mismos cabellos revueltos,
cuellos finos
y piernas delgadas,
piensan en la sonrisa inocente
de una niña que una noche
se llevó el viento.
Hay un callejón
que mi corazón ha robado
a los barrios de la infancia.
Viaje corporal por la línea del tiempo,
con un cuerpo que fecunda
la línea del tiempo,
el cuerpo de una imagen que se piensa,
que vuelve de la fiesta en un espejo.
Así es como alguien muere
y alguien se queda.
Ningún pescador puede
encontrar ninguna perla
en un arroyo humilde,
arroyo que desemboca
en una charca.
Sé de un ángel pequeño y triste
que vive en el mar
y toca su corazón
con un ney de madera, lentamente.
Un ángel pequeño y triste,
que muere de noche
por un beso
y nace al amanecer
también por un beso.

FIN de los poemas de Forugh Farrojzad

Xoán A. Leiceaga Baltar, Diciembre de 2012