Esta sección se me ocurrió para poder disponer de un espacio complementario a OBRA y CALA pero más flexible — abierto a los lectores, p.ej.—, aunque siempre orientado a «la poesía y lo poético», y, más en concreto, a aspectos como su sentido, la valoración de su calidad, la aproximación a otros poetas y poemas y a un amplio continuo de ideas o buenas prácticas, además de reflexiones stricto sensu (muestras de poetas nada o poco conocidos u olvidados, homenajes, entrevistas, análisis y ensayos sobre otras manifestaciones artísticas, relaciones de frases o versos notables, etc.). Se debe entender que, naturalmente, los conceptos de poesía y poeta son para mí hermanos de magia o mago acerca del arte y el artista, y por ello tienen cómoda acogida en REFLEXIÓN.
[Ver más en VIDA y SAL / SALudo]
DULCE MARÍA LOINAZ - Vida y poemas
(La Habana, Cuba, 1902 - 1997)
Reflexión 2
Con la primera versión de la sección Reflexión-2, continente y contenido, he procurado ser tímido —¿a qué excesos en poesía?— para evitar desorientar a los improbables lectores con cambios continuados o bruscos. Así, estuve una buena temporada trabajando sobre entrevistas que llamaban mi atención entre personajes de la poesía o del arte en general; después fue surgiendo una euforia tranquila hacia el maestro poeta Gamoneda, al cual dediqué un gustoso esfuerzo al respecto de su sublime y largo poema Descripción de la mentira. Y ahí sigue estando, como todo lo demás, bajo la doble colección de ya más de un mes de meses bajo el botón pulsable de Ir a reflexiones anteriores.
Mediado 2012, creí que era el momento de un nuevo derrotero, esta vez de más larga duración —si el cuerpo aguanta— y siguiendo una vía semejante a la que viene indicando la sección Reflexión-1, la del abecedario. Por otro lado, mi corazoncito me viene reclamando hace tiempo una complementaria dedicación a la mujer —la mujer poeta— que ayude a suavizar el abundante defecto histórico y, a la vez, me sirva para reconocerles su general valía y sus aportaciones en este campo de la creación. Y, naturalmente, sirva de agradecimiento especial a mis lectoras, que asombrosamente son más de una.
Esa es la razón de que el 1 de julio de 2012 haya iniciado, como Reflexión-2 el ABECÉ de Mujeres Poetas, que espero completar de la A a la Z, desde una selección posible de autoras y textos. Para cada letra iré buscando lo que entienda más oportuno y accesible, desde la primera, Anna Ajmátova, y las sucesivas (ver Ir a reflexiones anteriores). Espero que la siguiente elección resulte óptima (mi preferencia es elegir poetas en español, pero algunas letras se resisten o me vence alguna devoción).
Fuentes: Páginas varias de internet, entre ellas:
«http://es.wikipedia.org/wiki/Dulce_María_Loinaz
«http://cervantesvirtual.com/bib_autor/Loynaz/obra.shtml»
«http://biografiasyvidas.com/biografia/l/loynaz.htm»
«http://poetasyfrasesbellas.bligoo.es/poemas-de-dulce-maria-loynaz».
Selección y comentarios: Xoán A. Leiceaga Baltar
Vida de Dulce María Loinaz
María de las Mercedes (Dulce María) Loynaz Muñoz (La Habana, Cuba, 1902 - 1997), es una de las principales figuras de la lírica cubana y del dominio del idioma español. Mereció el premio Miguel de Cervantes en 1992. En el linaje de la Loynaz se entrecruzan conocidas personalidades cubanas, desde su propio padre, Enrique Loynaz del Castillo, poeta y General del Ejército Mambí a la destacada poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda. Ella y sus hermanos crecieron en un ambiente de enclaustramiento y lujo, pues no asistieron nunca a escuelas públicas ni privadas; los preceptores los educaron en su propia casa, situada primero en Habana Centro y luego en El Vedado. En la década de los años veinte realiza sus estudios en Derecho en la Universidad de La Habana hasta el doctorado en Leyes, aunque no haya llegó a ejercer profesionalmente.
A partir de 1920 realiza numerosos viajes, por Norteamérica y hacia 1930 por un buen número de países europeos (España, Turquía, Siria, Libia, Palestina, Egipto…) y latinoamericanos; es destacable la acogida que tuvo en las Islas Canarias. A raíz del triunfo de la Revolución cubana, la poetisa mantuvo un recogimiento propio de su carácter que la mantuvo aislada de la vida social durante largo tiempo en su casona de El Vedado, primando, parece ser, su actitud apolítica por encima de la esencia del nuevo régimen, lo cual le costó años de anonimato en su tierra. Recibió numerosas ofertas de España y EE.UU. pero nunca abandonó su país.
Publicó sus primeros poemas en La Nación en 1920 y fue galardonada en 1987 con el Premio Nacional de Literatura de Cuba, en 1991 el Premio de la Crítica y en España en 1992 el premio Miguel de Cervantes de España.
Obra poética de Dulce María Loinaz
Versos (Editora Nacional, Madrid, 1950)
Juegos de agua (Editora Nacional, Madrid, 1951)
Poemas sin nombre (1953 / Ediciones Hnos. Loynaz, 2000)
Últimos días de una casa (Editora Nacional ,Madrid 1958)
Poemas escogidos (Lecturalia, 1985)
Poemas náufragos (Editorial Letras Cubanas, 1991)
Bestiarium (Ministerio de Cultura de Cuba, 1991)
Finas redes (Hermanos Loynaz, 1993)
La novia de Lázaro (Editorial José Martí ,1993)
Poesía completa (Editorial Letras Cubanas, 1993)
Melancolía de otoño (Ediciones Hermanos Loynaz, 1997)
La voz del silencio (Editorial de Ciencias Sociales, 2000)
El áspero sendero (Ediciones Extramuros, 2001)
De VERSOS, Eternidad
«No quiero, si es posible,
que mi beneficio desaparezca,
sino que viva y dure toda la
vida de mi amigo.».
Séneca
En mi jardín hay rosas:
Yo no te quiero dar
las rosas que mañana...
mañana no tendrás.
En mi jardín hay pájaros
con canto de cristal:
No te los doy, que tienen
alas para volar...
En mi jardín hay abejas
labran fino panal:
¡Dulzura de un minuto...
no te la quiero dar!
Para ti lo infinito
o nada; lo inmortal
o esta muda tristeza
que no comprenderás...
La tristeza sin nombre
de no tener que dar
a quien lleva en la frente
algo de eternidad...
Deja, deja el jardín...
no toques el rosal:
Las cosas que se mueren
no se deben tocar.
De JUEGOS de AGUA, El remanso
Río cansado se acogió a la sombra
de los árboles dulces... de los árboles
serenos que no tienen que correr...
Y allí se quedó en gracia de recodo.
Ya está el remanso. Mínimas raíces
lo fijan a la orilla de su alma:
Reflejando las luces y las sombras,
se duermen con un sueño sin distancias...
Es mediodía: Por el cielo azul
una paloma pasa...
El río está tan quieto
que el gavilán, oculto entre las ramas,
no sabe ya por un instante
dónde tender el vuelo con la garra:
Si al fino pájaro del aire
o al pájaro, más fino aún, del agua...
De POEMAS ESCOGIDOS, Viajero
Yo soy como el viajero
que llega a un puerto y no lo espera nadie:
Soy el viajero tímido que pasa
entre abrazos ajenos y sonrisas
que no son para él...
Como el viajero solo
que se alza el cuello del abrigo
en el gran muelle frío...
De POEMAS ESCOGIDOS, Deseo
Que la vida no vaya más allá de tus brazos.
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos,
que tus brazos me ciñan entera y temblorosa
sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra...
Que me sean tus brazos horizonte y camino,
camino breve y único horizonte de carne:
que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte
se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...
De POEMAS NÁUFRAGOS, Envidia
Alguien dijo: -Tuyo es el vino. Y yo miré las viñas rojas, moradas de racimos, con hojas delicadamente labradas. Eran las viñas que dijeron ser mías, y a su tiempo, cada uno bebió su copa bien colmada.
Alguno dijo de nuevo: -Tuyo es el camino. Y yo planté árboles a un lado y a otro. Y la sombra era ancha y hubimos todos sombra de mi mano.
Volvieron a decir: -Tuyo es el canto. Y la canción se fue por el camino, por el vino...
Y yo que me sabía pobre, de una pobreza sin nombre. Y triste, de una tristeza sin derechos, sin quejas y sin fin, rasgué mi ropa y les mostré mi herida.
Y aún les oí decir con los ojos turbios de envidia:
–¡Maravilloso rubí!
De BESTIARIUM, Lección octava
Vanessa io
Mariposa
Escalas
de alas
en las salas
del Museo.
El deseo
de un hombre feo
robó a las diosas
las preciosas
mariposas.
Oscura
De FINAS REDES, Yo quería tus ojos claros…
Yo quería tus ojos claros para prenderlos en mi pelo negro con un alfiler de oro.
Yo quería tus ojos claros para sembrarlos en mi jardín y recoger en la primavera próxima, una cosecha de estrellas.
Yo quería tus ojos claros para tirarlos y cogerlos en el aire como hacen los malabaristas del circo con sus bolas de cristal.
Pero tú te pusiste serio y me hablaste de algo seguramente muy triste, que yo no entendí bien.
Luego cayó la tarde y los dos elegimos el mar.
De MELANCOLÍA DE OTOÑO, Poema XLVI
Acariciaré el aire y sonreiré a la sombra, por si en la sombra me miras y en el aire me besas.
De MELANCOLÍA DE OTOÑO, Poema CXXXVI
Yo no soy yo; apenas la sombra de mí misma.
De MELANCOLÍA DE OTOÑO, Poema CLXII
Llévenme al agua, al agua clara que me limpie de sus ojos que me miran de no sé dónde, al agua que estoy buscando para que me lave en la carne y en el alma la quemadura de sus labios que no me tocaron, de su sed que no me alcanzó.
De POEMAS sin NOMBRE, Poema XXXVI
He de amoldarme a ti como el río a su cauce, como el mar a su playa, como la espada a su vaina.
He de correr en ti, he de cantar en ti, he de guardarme en ti ya para siempre.
Fuera de ti ha de sobrarme el mundo, como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite.
Dentro de ti no ha de faltarme blandura de limo para mi corriente, perfil de viento para mis olas, ceñidura y reposo para mi acero.
Dentro de ti está todo; fuera de ti no hay nada.
Todo lo que eres tú está en su puesto; todo lo que no seas tú me ha de ser vano.
En ti quepo, estoy hecha a tu medida; pero si fuera en mí donde algo falta, me crezco... Si fuera en mí donde algo sobra, lo corto.
De POEMAS sin NOMBRE, Poema CI
La criatura de isla paréceme, no sé por qué, una criatura distinta. Más leve, más sutil, más sensitiva.
Si es flor, no la sujeta la raíz; si es pájaro, su cuerpo deja un hueco en el viento; si es niño, juega a veces con un petrel, con una nube.
La criatura de isla trasciende siempre al mar que la rodea y al que no la rodea. Va al mar, viene del mar y mares pequeñitos se amansan en su pecho, duermen a su calor como palomas.
Los ríos de la isla son más ligeros que los otros ríos. Las piedras de la isla parece que van a salir volando...
Ella es toda de aire y de agua fina. Un recuerdo de sal, de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura, le estremece la yema de las alas...
Tierra Firme llamaban los antiguos a todo lo que no fuera isla. La isla es, pues, lo menos firme, lo menos tierra de la Tierra.
De EL ÁSPERO SENDERO, El áspero sendero
No penséis que en la vida hay una fuente
donde apagan los pobres soñadores
la sed de perfecciones y de amores,
que solo existen en ilusa mente.
Ni viváis esperando ingenuamente
hallar en vuestra senda frescas flores:
quema el alma con mágicos fulgores
de la quimera el sol resplandeciente!
¡Que la vida es un áspero sendero
donde al soplo fatal del hado fiero
el hombre, fatigado peregrino
luchando con inútiles empeños,
va dejando sus dichas y sus sueños
en las hirientes zarzas del camino...!
De LOS ÚLTIMOS DÍAS DE UNA CASA, Parte I: Estrofa final
No ha sido simplemente un trasiego de muebles.
Otras veces también se los llevaron
–nunca el piano, el espejo–,
pero era sólo por cambiar aquéllos
por otros más modernos y lujosos.
Ahora han sido todos arrasados
de sus huecos, los huecos donde algunos
habían echado ya raíces...
Y digo esto por lo que dolieron
los últimos tirones;
y por las manchas como sajaduras
que dejaron en suelo y en paredes.
Son manchas que persisten y afectan vagamente
las formas desaparecidas,
y me quedan igual que cicatrices
regadas por el cuerpo.
Todo esto es muy raro. Cae la noche
y yo empiezo a sentir no sé qué miedo:
miedo de este silencio, de esta calma,
de estos papeles viejos que la brisa
remueve vanamente en el jardín.
FIN de los poemas de Dulce María Loinaz
Xoán A. Leiceaga Baltar, Junio de 2013